Cuernavaca, la ciudad de la eterna primavera, cuenta con viviendas de gran plusvalía en zonas residenciales, si bien pagan muchísimo más por conceptos de impuesto predial y servicios municipales que las que erogan en colonias populares, una realidad es que en últimas fechas han padecido las mismas problemáticas, como la falta de agua potable y ciertos servicios públicos ante el mal manejo de recursos económicos de la comuna capitalina.
En las zonas residenciales el pago del predial oscila entre 10 mil hasta 25 mil pesos, y para los servicios municipales pagan cinco hasta 5 mil pesos, dependiendo de los metros de la residencia.
En tanto, las colonias populares el mínimo que pagan de predial son 400 hasta 800 pesos, mientras que para servicios municipales es la mitad, mínimo 200 y máximo entre 400 a 600 pesos les cobran.
De acuerdo a un exfuncionario de la Tesorería municipal, –quien pidió no publicar su nombre-, las zonas residenciales de Cuernavaca son Los Reyes, Montessori, Reforma, Delicias, Tabachines, Acapatzingo, Club de Golf, Quintana Roo, y Chipitlán, ésta última donde se encuentran casas construidas en conjunto habitacional y que tienen hasta seguridad, las cuales son consideradas zonas residenciales, pagan más por la plusvalía del hogar.
“Una casa en el Centro no cuesta lo mismo que una casa en La Lagunilla porque no tiene los servicios adecuados como el primer cuadro, que tiene seguridad, rondas todos el día, servicio de basura, y agua potable”.
Del lado de La Lagunilla, Altavista y Chulavista, explicó, hay quienes viven a bordo de la barranca donde no entra el camión de la basura, por lo tanto aunque cuenten con clave catastral no pagan predial, ya que con mucho esfuerzo el ayuntamiento cumple con ponerles el alumbrado público en sus andenes o andadores, como también los llaman.
Consideró, en base a su experiencia, es raro que en el primer cuadro exista carencia de agua, así como en zonas como Tabachines o Reforma, debido a que son las zonas que principalmente sostienen al municipio y son las zonas que primero pagan, “por ejemplo, en las colonias populares hay un rezago, se podría decir de hasta el 60 por ciento de pago de predial, pero ¿Por qué no paga la mayoría?, porque no todos tienen servicio de basura hasta donde viven”.
Sin embargo, aseveró que en las colonias populares no existen adeudos respecto al agua potable, al ser la prioridad de una familia, siendo el líquido que más necesitan para sus actividades diarias, pese a ello, detalló no es comparable lo que pagan las colonias populares de servicios de agua potable a lo que pagan las residenciales, que llegan a tener hasta tomas industriales, tomas de una pulgada o de pulgada y media de salida de agua, en las colonias populares es un tubito delgado de media pulgada para el suministro familiar”.
A pregunta expresa sobre si la falta de agua y otros servicios municipales en las zonas pudieran provocar alguna caída en la recaudación, manifestó que sería muy aventurado confirmarlo, en especial porque lo primero que hacen las familias cuernavacenses es pagar su predial, lo cual, aseguró, forma parte del hábito de pago de la ciudadanía.
“Si ahorita haces un comparativo, a pesar de poner a la pandemia, el predial se sigue pagando porque la gente ya tiene el compromiso de pagar su predial, es algo parte de su gasto. Si les pesa cuando tú les mandas un requerimiento de 400 pesos y les manda una multa de otros 400 pesos, estás hablando que pagan mil 200 después de pagar 400, entonces hacen el esfuerzo y te pagan los 400 puntuales”.
En cuanto al Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (Sapac), puntualizó todo el año recibe ingresos, toda vez que el pago del servicio esta dividido por bimestres a manera de que la dependencia no se quede sin recursos.
“Hay unos que terminan sus dos meses el día 1 de enero y otros lo terminan el 1 de febrero, estás hablando de que todo el año hay ingreso, no hay forma de que digas que no hay ingresos en Sapac”.
Finalmente, el exfuncionario municipal aclaró que lo que ha influido a carecer de agua potable en Cuernavaca es por el desvío de recursos o mal manejo de los mismos, que no se están aplicando directamente ni a modernizar ni actualizar las obras de tuberías, menos a pagar la luz de los pozos que tienen por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
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