Tlaxcala.- “Si no puedes con tu enemigo, únete a él”, es una frase que productores de Tlaxcala han sabido aplicar ante la infesta de chapulines que causa estragos a sus cultivos.
Y en la entidad han sabido revertir los efectos nocivos de esos insectos que afectan sus sembradíos, por eso los capturan, procesan y venden de forma local y a otros estados vecinos.
Se trata de los chapulines, insectos nativos de México que en Tlaxcala se ha convertido de plaga agrícola a un verdadero manjar que puede costar desde 50 hasta 700 pesos la porción, pues además de ser nutritivo, es considerado un platillo afrodisiaco y gourmet.
Al verse rebasados por esa plaga endémica del país y no poder evitar los estragos a las hojas, tallos y frutos tiernos de granos básicos, leguminosas y hortalizas como amaranto y frijol, los campesinos optaron por convertirse en productores de chapulines.
Actualmente siembran esas semillas y hortalizas para que las hojas sirvan de alimento a los insectos, pues los agricultores se dieron cuenta que resultaba más rentable producir los chapulines que intentar combatirlos.
Sin embargo, además del ahorro generado al no usar insecticidas para combatir la plaga, generan ganancias por la venta del chapulín, pero también obtienen ingresos con la parte de la cosecha que no fue dañada.
Además de contrarrestar las pérdidas económicas (de hasta el 50% de la producción cuando no es controlada), han sido disminuidos los daños ambientales al no usar pesticidas y es mejor el rendimiento y calidad de sus cultivos.
Así, la captura del chapulín para el consumo humano se ha convertido en una rentable forma de control que se suma al química (a través de pesticidas) y al biológico (por medio de organismos naturales como plantas, bacterias, virus o hongos).
El médico veterinario José Moreno Sánchez opinó que al aportar al cuerpo humano grandes cantidades de energía, los chapulines también pueden ser considerados como un alimento afrodisiaco, aunque esa propiedad no ha sido comprobada del todo.
PLATILLO GOURMET
En los últimos años los chapulines han pasado de ser una plaga que lacera los cultivos, a un platillo refinado, exótico… ¡y caro!
Mientras que en parques de la capital puede adquirirse “una medida de lata de chiles mediana” en 50 pesos, en restaurantes donde son servidos con guacamole y quesillo su costo se eleva hasta en 500%, al destacarlo como un manjar de la comida mexicana.
En restaurantes de la Ciudad de México lo ofrecen como entrada, en tacos y en quesadillas, incluso existen sitios en donde es el principal platillo que ofrecen.
Quienes los consumen aseguran que es difícil describir con exactitud su sabor, aunque saben que en cada porción su organismo recibe grandes cantidades de proteína. Son un platillo de temporada que el trabajo tlaxcalteca ha sabido conservar para ser consumido todo el año.