César Duarte, un hombre ambicioso que se esforzaba por dejar huella en cada paso que daba, fue castigado por los chihuahuenses, quienes cansados de tanta corrupción buscan justicia ante las autoridades. Un Narciso (el de la leyenda griega) chihuahuense que buscaba su propio reino en San Rafael del Agostadero, despojó a más de 10 familias de la comunidad para quedarse con todo.
Cuarenta minutos después de haber pasado Rancho Medio, se llega al famoso Rancho El Saucito, conocido por muchos como una de las propiedades cateadas por las autoridades. Sin embargo, en aquel momento no se dio a conocer el marcado narcicismo que se respira en el lugar.
Impresionantes son las 16 caballerizas que se observan en el rancho; los tonos marrones que se dibujan sobre ellas al caer el sol, son simplemente una belleza que, a la vista de cualquiera, pareciera ser un establo digno de algún evento hípico de renombre internacional.
Sus iniciales (CD) se encuentran en todo el lugar, marcadas sobre la fina herrería que decoran las puertas y ventanas; también se admiran sobre la madera los cristales, las esculturas, hasta en el asador. Se puede sugerir que quizá la carne asada también se come con el sello representativo del lugar.
Son más de 600 hectáreas lo que al parecer mide el famoso rancho, donde los lujos y la excentricidad forman parte de cada esquina. La aparente presa en pro de la comunidad del Agostadero se encuentra ahí, almacenando millones de litros de agua que, según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), están retenidos ilegalmente. Triste y desolado se encuentra el lugar actualmente.