Enrique Clement Gallardo, coordinador estatal de Protección Civil, desde 2019 ha señalado que únicamente 14 municipios contaban con Atlas de Riesgo, documento necesario para planear y verificar cuáles son las áreas de riesgo para implementar acciones y evitar inundaciones en temporada de lluvias.
A esa fecha, de estos 14 municipios únicamente tres tienen actualizado el Atlas de Riesgo con un mapeo de las zonas de riesgo; sin embargo, es necesario hacerlo por el crecimiento de la mancha urbana, pero en la mayoría de los casos el principal impedimento es el recurso, ya que se requieren hasta 3 millones de pesos para su aplicación.
Aceptó que los municipios no lo elaboran porque es una herramienta cara y aunque se ha tratado de apoyarlos para que hacerlo a menor costo, de forma insistente se ha solicitado a los alcaldes acercarse a la Coordinación para recibir asesoría con la Comisión Nacional de Prevención de Desastres. Sin duda, dijo, un Atlas es el primer paso en la aplicación de medidas preventivas, protocolos y procedimientos para atender contingencias, pero más para emitir o generar medidas a tiempos.
Agregó que a veces el burocratismo complica actuar de inmediato cuando ocurre una emergencia y debido a la acción sorpresiva “se atienden con recursos de cada dependencia".
Si fuera necesario por alguna situación de desastre se accede a recursos de un fondo que maneja la Secretaría de Hacienda, alrededor de 60 millones de pesos, indicó.
En un análisis sobre el tema, Diego Badillo desnudó la realidad mexicana. Basado en cifras del Cenapred señaló que durante los últimos 21 años se registró la muerte de 10 mil 626 personas debido a desastres naturales, lo que representa 506 muertes cada año y daños materiales por 576 mil 311 millones de pesos, es decir un promedio anual de 27 mil 443 millones de pesos. Y aunque oficialmente ya desaparecieron el Fonden y el Fopreden, en el Presupuesto para 2022 contempla recursos para ellos.