La agresión física que sufrió la maestra Jatziri Pineda en la Universidad del Bienestar Benito Juárez, en Tlaltizapán, a manos del alumno Néstor N, no sólo consternó y cimbró a la población escolar dentro y fuera del estado, sino que puso en evidencia el repunte de la violencia en las aulas, así como las condiciones y falta de atención a la contención emocional de los estudiantes.
¿Responsabilidad de quién?
Directivos del sistema educativo morelense y autoridades hacen un llamado a los padres de familia para atender la educación de sus hijos e insisten en que actúen con corresponsabilidad. Inclusive reconocen que se ha roto esa línea de respeto entre estudiantes y docentes.
Sobre el caso mencionado, las reacciones han sido de indignación y miedo, pero la balanza de apoyo se inclina a favor de la profesora, quien ya acudió a la Fiscalía General del Estado a levantar una demanda por intento de homicidio.
Hiram Mina Valdés, director general de Educación Media Superior y Superior en Morelos, reconoció que es un tema muy delicado y por eso tomaron carta las autoridades pertinentes: “Nosotros buscamos que se fortalezcan los valores en la familia; nosotros formamos a los alumnos, necesitamos que los padres de familia nos ayuden con los jóvenes desde su casa y de ahí fortalecernos todos los días para evitar este tipo de situaciones”.
Por su parte, Karla Aline Herrera Alonso, directora general del Cobaem, no solo descarta casos de violencia al interior de los planteles, sino que reconoce que la población escolar es más intolerante y esta situación se agudizó tras la pandemia.
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A su vez, Francisco Beltrán Díaz, inspector general de Escuelas Secundarias y responsable de la sexta zona escolar de Jojutla, manifestó que es muy preocupante tanto como los retos que se promueven en redes sociales: “Se ha dado un brote de violencia, en esta región no se ha presentado como en otros lugares o países, donde incluso se ha registrado irrupción armada para cometer homicidios”.
“Hacemos un llamado a los padres de familia para que nos auxilien; si bien la escuela secundaria es a donde vienen a formarse sus hijos, no olviden que la educación empieza en casa y necesitamos mucho de su ayuda, que dialoguen, que les enseñen valores y principios”.
Secuelas de la pandemia
Por otro lado, el jefe de enseñanza adscrito a la Benemérita Secundaria Benito Juárez de Jojutla, Roberto Campusano Patiño, reconoce que después de la pandemia por Covid-19 han encontrado actitudes muy diversas de los estudiantes, algunos con agresiones entre los mismos alumnos, otros con mayor timidez o con otro tipo de traumas o duelos que se manifiestan pero que son controlables.
“En todas las instituciones pasan, actualmente hay rebeldía de los alumnos cuando se les pide que realicen algunas actividades, desafortunadamente algunos niños responden con agresión", dijo.
La magistrada propietaria del Tribunal Unitario de Justicia Penal para Adolescentes de Morelos, Adriana Pineda Fernández, asegura: “La pandemia va a dejar severas secuelas porque muchos de los adolescentes y niños estuvieron en casa con actividades que no tenían socialización, esa situación les afectó demasiado para el tema de contacto con el exterior, con la sociedad y ahorita apenas empiezan a recuperarse al ingresar a las escuelas, es algo que todavía va para largo, hay que verificar los efectos con tiempo".
Hay un protocolo para evitar violencia que casi siempre funciona
Tawny Nava García, secretario técnico B de la Sección 19 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), detalló que en los últimos años se diseñó en Morelos un protocolo de prevención, detección y actuación en casos de violencia intraescolar en el que participaron autoridades estatales y federales.
“Dicho protocolo se realiza para promover, respetar y garantizar los derechos humanos de niñas, niños, adolescentes y jóvenes que asisten a las escuelas, tanto de educación básica como en media superior y superior”, explicó
Señaló que un último hecho fue hace más de diez años, que fue un caso aislado, y recientemente hubo otro en una institución ajena al entorno sindicalizado, como es la Universidad del Bienestar.
No obstante, reconoció que preocupa a los maestros y a todo el sector educativo el alza en casos de violencia que se da en los espacios nucleares familiares y es un tipo de violencia en el que desafortunadamente las maestras, maestros y personal de apoyo poco pueden hacer, ya que ellos buscan fortalecer los espacios seguro dentro de las escuelas, pero se desconoce cómo vienen desde sus hogares que representan la primera escuela de los niños.
Frente a tal incremento, el SNTE se mantiene atento para que los protocolos se cumplan con asertividad, con el fin de que las escuelas sean seguras para niñas, niños, jóvenes y los propios docentes.
Adrián Sergio Rodríguez Castillo, encargado de despacho de la Dirección de Desarrollo Educativo en el IEBEM, expuso que en Morelos no se han registrado agresiones de alumnos a docentes en el nivel básico o medio superior, esto gracias a los protocolos, pero también a que se han atendido estos temas que ayudan a prevenirlos desde los Consejos Técnicos.
Asimismo, a través del Gobierno federal se ha contado con protocolos enriquecidos, “cajas de herramientas”, que consisten en conducciones técnico-pedagógicas con respecto a la convivencia enfocada a los alumnos y alumnas, pero también a los maestros y maestras, para ir más allá con los padres de familia.
Con información de Ofelia Espinoza
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