Luego de las declaraciones que dio José Martínez Cruz a El Sol de Cuernavaca sobre el peligro que representa ser activista en Morelos, Juan Carlos Flores Solís, representante jurídico del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Morelos, Puebla y Tlaxcala (FPDTA-MPT) reconoció que la inseguridad en el estado apagó varios movimientos y redujo la participación ciudadana en marchas y movilizaciones.
Flores Solís recordó el homicidio de Samir Flores Soberanes, uno de los principales opositores del Proyecto Integral Morelos (PIM) y su termoeléctrica en Huexca, como el hecho que puso en evidencia la vulnerabilidad de quienes ejercen el activismo y la posible relación que existe entre el gobierno y la delincuencia organizada.
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"Definitivamente, la cuestión del crimen organizado e inseguridad influencia bastante en el activismo y la defensa de los derechos humanos. Además de que los ataques no vienen solos, sino que muchas veces está acompañado en el incremento del crimen organizado, amenazas, ampliar el territorio de control, como fue el caso de la región oriente y el asesinato de Samir", dijo Flores Solís.
Hay amenazas hacia defensores del territorio
Por otra parte, Jorge Velázquez Escalvazeta, habitante de la comunidad de Amilcingo e integrante del FPDTA-MPT, asegura junto a Flores Solís que entre los integrantes de la organización, la cual fue creada en 2012 para defender las comunidades del centro del país afectadas por la termoeléctrica, su gasoducto y acueducto, hay quienes recibieron amenazas, lo que también ha repercutido en la disminución de actividades de defensa.
"Sí, ya ha habido amenazas. No nos pueden ver haciendo algo o juntándonos con otras personas, porque se enteran, porque nos están vigilando", dijo Velázquez Escalvazeta.
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Insistió en que la comunidad de Amilcingo ha optado por actividades que no pongan en riesgo la integridad de sus miembros a la hora de continuar con la lucha iniciada por Samir Flores Soberanes, particularmente desde la primaria que hoy lleva su nombre, tratando de inculcar entre las nuevas generaciones el amor por la naturaleza y los recursos, así como la importancia de defenderlos.
"No queremos que lo de Samir se repita, no queremos lo mismo y por eso nos hemos mantenido un poco alejados", expresó.