El motociclismo es realmente caro, pues hay motos que cuestan desde 200 mil pesos hasta casi un millón, mientras que el equipo de protección también se valúa en miles de pesos. Así que este tipo de actividades muchas veces no está al alcance de todos y menos para quienes gustan de la velocidad.
“Todo esto es caro, la verdad, pero hay que saber que salir a rodar y practicar motociclismo de carreras son dos cosas diferentes, o sea, eso ya es un deporte y el otro es un pasatiempo que a veces no se entiende. No se puede llevar un deporte a una autopista como la México-Cuernavaca”, opinó Javier Torres, miembro de la Federación Nacional Rodando y Creando Cultura para el Motociclista (FNRCCM).
Y es que existen lugares especiales para poder acelerar a toda velocidad y aprender a curvear como los profesionales lo hacen, pero la renta de esos espacios también son costosos.
En este sentido, mencionó que si aquellos que tienen motos que pueden acelerar hasta más de 200 kilómetros por hora siguieran las recomendaciones, podrían reducirse considerablemente los accidentes que cada vez empiezan a ser más comunes.
Un deporte entre el miedo y el respeto
Existen varios tipos de motociclistas, aquellos que lo utilizan solo como un medio de transporte para ir de su casa al trabajo, quienes laboran a bordo de una, también los que las ocupan como un pasatiempo para pasear y quienes hacen deportes con ellas como el moto cross o carreras.
Javier Torres sostiene que aquellos que usan un vehículo de dos ruedas no deben temerle, pero tampoco perderle el respeto, aunque consideró que muchos lo hacen y se ve reflejado en algunos accidentes que se perciben en la autopista México-Cuernavaca.
“Cuando uno sale a rodar en distancias largas se sabe que no vamos a llegar en una hora; por ejemplo, si vas a Veracruz es una rodada de seis a ocho horas. La moto debe ir al cien y tú debes de ir con equipo y sabe las indicaciones; es decir, las señales que se tienen que conocer para transitar seguros”, sostuvo.
Y es que los motociclistas que salen en grupos tienen varias señas que van realizando para saber cuándo esquivar un bache, dar vuelta, realizar formación y hasta frenar de emergencia.
“Esto reduce en mucho los accidentes, es decir que hay menos probabilidad de que puedas sufrir un percance. Hay carreteras y tramos donde se puede acelerar, pero siempre cuando vas en la rodada, dependiendo cuántos vayan, es la velocidad también que se puede alcanzar”.
A Javier no le ha tocado ver a ninguno de sus compañeros en una situación como en la que seis motociclistas vivieron el pasado domingo en la México-Cuernavaca, aunque reconoce que sí se han visto en pequeños accidentes.
“Lo más recurrente que nos ha pasado es una ponchadura o derrapar por aceite, pero no pasa a mayores por las medidas preventivas que se toman”.
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