En una reciente intervención en los bosques de Tlalnepantla, en la región de Los Altos de Morelos, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la 24 Zona Militar descubrieron preocupantes actividades de tala clandestina. La operación, respaldada por 150 efectivos de las fuerzas del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, aumenta la preocupación sobre los efectos devastadores de la deforestación.
El despliegue terrestre reveló vastas zonas de árboles de pino talados de manera inmoderada. Además, se observaron quemas controladas para modificar el uso del suelo, beneficiando a cultivos como el nopal y el aguacate, lo que amenaza la biodiversidad nativa.
La tala ilegal no solo afecta la flora y fauna del área. A nivel ecológico, incrementa la emisión de dióxido de carbono al reducir la capacidad de los bosques de actuar como sumideros de carbono. Además, la erosión del suelo se intensifica, lo que puede desencadenar deslizamientos de tierra, afectando fuentes de agua y comunidades cercanas. Estos actos ilícitos también disminuyen la capacidad del bosque para actuar como una barrera natural contra enfermedades transmitidas por vectores.
Los hallazgos en Tlalnepantla serán minuciosamente evaluados por la Mesa de Seguridad Ambiental. Se espera que las autoridades pertinentes tomen medidas correctivas y sanciones alineadas con las normativas vigentes, según informó la Sedena.
Los bosques de Tlalnepantla y zonas adyacentes, como Tetela del Volcán, Ocuituco y Hueyapan, desempeñan un papel valioso en la ecología de la región. Funcionan como pulmones naturales, purificando el aire de siete estados y manteniendo humedales esenciales para abastecer de agua a regiones urbanas, incluida la Ciudad de México. Además de Tlalnepantla, las autoridades también han alertado sobre los efectos de la tala clandestina en Hueyapan y Tetela del Volcán.
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