El mercado municipal de Amayuca, ubicado en un crucero por el que transitan automovilistas morelenses y poblanos, es uno de los centros de abasto más importantes de la región oriente de Morelos, pero sus posibilidades de crecimiento se han visto limitadas, los comerciantes atribuyen esta situación a los efectos de la delincuencia organizada.
“Antes venía más gente, pero se han ido alejando”, comentó uno de los vendedores, quien prefiere mantener su nombre en el anonimato.
De acuerdo con el comerciante, el cobro de piso se ha convertido en una realidad para la gente que llega todos los días a ganarse la vida en este lugar, con pagos anuales que van de los 10 a los 50 mil pesos.
“Antes de la pandemia, en un día como hoy, a las diez de la mañana levantaron a una persona afuera”, relata otro comerciante.
Sobre la avenida José María Morelos y Pavón, decenas de vendedores tienen sus puestos en el exterior del mercado. No forman parte del padrón de locatarios que está integrado por 106 comerciantes, pero son las principales víctimas de la delincuencia organizada.
“Hasta aquí no han entrado todavía”, dice alguien en voz baja al interior del complejo.
La extorsión no sólo ha afectado a los vendedores de esta zona de la localidad, sino también a los artesanos, según refiere uno de ellos, propietario de uno de los talleres de mayor antigüedad en el municipio. A nivel regional la comunidad de Amayuca se ha distinguido por sus alfareros, cuyas macetas son distribuidas en varios Estados de la República.
En Amayuca las autoridades locales aguardan la construcción de un cuartel de la Guardia Nacional (GN), cuya presencia contribuiría a inhibir la comisión de delitos en esa región, según lo dicho por el alcalde Ángel Domínguez Sánchez. Si bien se preveía que la edificación del cuartel iniciara durante el 2022, ésta se retrasó hacia fines de año, pero la autoridad local confía en que esté lista en 2023.
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