Una auditoría independiente confirmó que las instalaciones que albergan a niños migrantes en la frontera con México están “sobrepasadas”, con un hacinamiento agudo que ha creado condiciones inseguras para miles de menores bajo custodia.
En un informe presentado en la corte federal de los Ángeles, y que hizo público la cadena estadounidense CBS News, dos inspectores designados por un juez para monitorear las condiciones de los menores detallaron “hacinamiento severo” en las instalaciones de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en el sur de Texas.
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“El funcionamiento es imposible” dentro de las instalaciones de detención, afirma el informe, calificando el nivel de hacinamiento como “no sostenible”. En una instalación con capacidad excesiva, “no había suficientes cuidadores para los 500 niños migrantes menores de 12 años detenidos allí”.
Tampoco existe el distanciamiento físico para mitigar la propagación del Covid-19, y aun así, las instalaciones de la CBP se “han estirado más allá de lo mínimo”, indicaron Andrea Sheridan, monitor independiente designado por el tribunal, y Paul Wise, experto médico.
El hacinamiento está tan extendido en el centro de detención de Donna, Texas, que “no había ningún espacio entre los tapetes que los migrantes usan para dormir ni en los espacios para caminar, indica el informe.
Los baños diseñados para una ocupación de mil personas están ocupados todo el día y algunos niños informaron que no recibieron duchas durante varios días.
Al 30 de marzo, había unos 3 mil niños migrantes no acompañados en las instalaciones de Donna, incluidos 2 mil 500 menores que habían estado bajo custodia de la patrulla fronteriza más allá del límite legal de 72 horas. Unos 500 de ellos eran menores de 12 años.
De acuerdo con CBS, Wise descubrió que los cuidadores de los menores de 12 años eran “profundamente inadecuados”, y debido a la cantidad de niños pequeños, debían concentrarse en sólo los menores más chicos y en los que tenían necesidades especiales.
La patrulla fronteriza desplegó equipos de enfermeras asistentes para evaluar a los migrantes y brindar los servicios médicos necesarios, pero es una “carga insostenible” para ese personal que trabaja en Donna, consideró Wise.
“Esto se agrava porque generalmente llegan en grupos de hasta 200, lo que genera una demanda inmediata y a veces abrumadora de entrevistas de admisión, salud, exámenes y evaluaciones médicas”, añadió, lo que ha creado un ambiente inseguro para los niños.
El informe corrobora los hallazgos de los periodistas que recorrieron las instalaciones hace dos semanas.
La instalación de Donna estaba al mil 624 por ciento de su capacidad en la pandemia, con módulos para albergar a 32 migrantes bajo protocolos Covid donde hay más de 600 niños no acompañados.
De acuerdo con las últimas cifras de la CBP, se han encontrado casi 19 mil niños no acompañados a lo largo de la frontera con México en marzo, un récord mensual.