Jerusalén.- Israel intensificó su ofensiva aérea y terrestre en Gaza y Líbano, al conmemorar el primer aniversario del ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023, con vigilias en honor a las víctimas y manifestaciones para exigir el retorno de los rehenes.
Las alarmas comenzaron a sonar a las 6:29 horas del 7 de octubre de 2023 en gran parte de Israel, que celebraba la festividad judía de Sucot, ante una andanada de más de 6 mil cohetes lanzados desde Gaza por Hamas, mientras más de 3 mil milicianos se infiltraron en las comunidades del sur del país.
De forma simbólica, esas mismas sirenas sonaron ayer, a la misma hora un año después, frente a la residencia oficial en Jerusalén del primer ministro, Benjamín Netanyahu, a quien gran parte de la sociedad israelí responsabiliza de los fallos de inteligencia que permitieron el mayor ataque de la historia de Israel y la mayor matanza de judíos desde el Holocausto, mil 200 personas en un solo día.
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva en Gaza que ha matado ya a más de 41 mil 900 palestinos, mayoritariamente civiles.
Las ceremonias de conmemoración empezaron en Reim, el lugar del festival de música Nova donde al menos 370 personas murieron el 7 de octubre, con un minuto de silencio.
Otra ceremonia tuvo lugar en la noche en Tel Aviv, con familiares y amigos de las personas fallecidas o capturadas ese día por milicianos de Hamas, durante el sangriento ataque que desencadenó la guerra en Gaza.
En un mensaje de televisión, Netanyahu, declaró que los “objetivos de la guerra” fueron definidos e incluyen “derrocar a Hamas (que gobierna Gaza)”, y a Hezbolá en Líbano, lo que calificó de “misión sagrada”, así como “traer a casa a todos los rehenes, tanto los vivos como los muertos”.
El ministro israelí de Exteriores, Israel Katz, también descartó toda posibilidad de un alto al fuego al prometer ante los participantes en un acto en Naciones Unidas “no parar la guerra hasta traer de regreso a todos nuestros rehenes”.
De las 251 personas secuestradas ese día, 97 siguen retenidas en Gaza, 34 de las cuales fueron declaradas muertas por el ejército israelí.
Mientras Israel estaba de luto, Hamas y Hezbolá, su aliado, lanzaron salvas de cohetes contra su territorio.
Hamás afirmó haber atacado la capital comercial de Israel, Tel Aviv, con una salva de misiles que hizo sonar las sirenas en el centro de Israel. Dos personas resultaron heridas leves.
La descarga de cohetes puso de manifiesto la capacidad de Hamas para contraatacar a pesar de la prolongada campaña militar israelí.
El ejército israelí, a su vez, bombardeó la Franja de Gaza y Líbano.
Los tanques israelíes avanzaron hacia Jabalia, el mayor de los ocho campos de refugiados urbanos históricos de la Franja de Gaza, tras rodearlo, según los residentes. Poco después de la descarga de cohetes, el ejército israelí amplió las órdenes de evacuación en Yabalia para cubrir las zonas de las ciudades septentrionales de Beit Hanún y Beit Lahiya.
Los residentes afirmaron que las fuerzas israelíes bombardearon Yabalia desde el aire y desde tierra, y los médicos dijeron que varios palestinos habían muerto y que los equipos de rescate no habían podido llegar hasta algunas de las víctimas.
El brazo armado de Hamas afirmó que quiere librar una “larga batalla de desgaste” contra el Estado hebreo, y calificó la situación de los rehenes israelíes retenidos en Gaza de “muy difícil”.
En tanto, los rebeldes chiítas hutíes del Yemen reivindicaron dos nuevos ataques con sendos misiles y “varios drones” contra Tel Aviv y el puerto de Eilat y aseguraron que “alcanzaron sus objetivos con éxito”.
Israel tiene el apoyo total de EU
En Estados Unidos, Joe Biden y Kamala Harris pidieron paz en Oriente Medio y el fin de una guerra que podría afectar los comicios del 5 de noviembre.
“Sigo plenamente comprometido con la seguridad del pueblo judío, la seguridad de Israel y su derecho a existir”, afirmó el presidente estadounidense en un comunicado.
En tanto, el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, afirmó que todo el Medio Oriente está “al borde de una conflagración total”.
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“Un año después del terrible ataque contra Israel, la situación no hace más que empeorar. La gente de la región está más insegura que nunca y está atrapada en un ciclo interminable de violencia, odio y venganza”, apuntó.
“Todo Medio Oriente está al borde de una conflagración total que la comunidad internacional parece incapaz de controlar”, advirtió el funcionario.
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