Corea del Norte afirmó hoy que Japón se arriesga a ver "nubes nucleares" sobre su territorio por la presión que Tokio ha ejercido en la comunidad internacional para imponer más sanciones sobre Pyongyang para que abandone su programa atómico.
En un artículo publicado por la agencia estatal KCNA, Pyongyang lanza esta advertencia al país vecino a raíz de la intervención en la Asamblea General de la ONU del primer ministro nipón, Shinzo Abe, el mes pasado, en la que pidió "más presión, en lugar de diálogo" para que Corea del Norte ponga fin a sus desarrollos armamentísticos.
El régimen que lidera Kim Jong-un acusa a Abe de "emplear la teoría de la crisis en Corea" con fines políticos, y en particular para "facilitar la militarización de Japón y al mismo tiempo reforzar la unidad interna y resolver los problemas de los dirigentes actuales".
El artículo añade que el primer ministro japonés ya ha mostrado sus "siniestros fines políticos" con medidas como el incremento del presupuesto de Defensa o la disolución de la Cámara Baja del Parlamento para convocar elecciones anticipadas, que se celebrarán el 22 de octubre.
"Este tipo de fraudes que incitan a la tensión en la península de Corea son actos suicidas que llevarán nubes nucleares al archipiélago de Japón", añade la KCNA.
"Nadie sabe cuándo esta situación inestable podría desembocar en una guerra nuclear, pero si esto sucede, el archipiélago japonés quedaría envuelto en llamas en un momento", advierte el medio estatal, que subraya que la población de Japón "sería ofrecida en sacrificio por parte de un grupo de militaristas reaccionarios".
La tensión en la península de Corea atraviesa niveles inéditos tras elevarse el tono beligerante entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder norcoreano las últimas semanas a raíz de los constantes desarrollos armamentísticos de Pyongyang y la exhibición de músculo militar del lado estadounidense y surcoreano.
Corea del Norte ha probado los últimos meses sus primeros proyectiles de alcance intercontinental y realizado un test nuclear el 3 de septiembre, lo que le ha valido nuevas sanciones de la ONU impulsadas conjuntamente por Seúl, Tokio y Washington.