La jornada laboral de los trabajadores en Morelos excede por mucho, pues 20 de cada cien dijo trabajar 60 horas por semana en promedio cuando la ley marca 40, además de la carga de trabajo también dijeron sentirse agredidos y con poca capacidad de autonomía como parte de los riesgos psicosociales medidos por especialistas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), riesgos que se vieron incrementados con la pandemia y que pueden traer consecuencias graves en las salud física, y mental de los empleados.
Arturo Juárez García, investigador del Centro de Investigación Transdiciplinar en Psicología de la UAEM, habló de la encuesta hecha por el Observatorio de Factores Psicosociales y Bienestar Organizacional, aplicada en mil 495 trabajadores de la Civac en donde se concentra el mayor número de trabajadores, misma que arrojó diversos aspectos que pueden corregirse antes de que se convierta en crónicos.
“El riesgo más relevante es la falta de control para cambiar o diseñar cómo hace su trabajo en su centro laboral, estamos hablando de la zona de Civac en donde en su mayoría son empresas manufactureras y el tema de la falta de control ahí sea común, sobre todo los que se encuentran en la línea de ensamblaje, a diferencia de un médico que tiene mucha autonomía el ensamblaje tiene poco control”.
Y es en este indicador explica que el 43% de los trabajadores tiene controles muy bajos. Otro indicador es la jornada laboral que se encuentra en los niveles altos y bajos en un 35% si se suman; el 32% dijo que existe un liderazgo inadecuado en su centro de trabajo, que reconoce poco y presiona mucho.
“La violencia laboral es otro de los riesgos, se encuentra con un 27% en los niveles altos y muy altos, es decir, que se registra maltrato, acoso por parte de los jefes o de los compañeros de trabajo, sí tenemos ambientes de violencia en muchos lugares. En la encuesta también se quejan de la desorganización, procesos poco planeados, muchos bomberazos y falta comunicación dentro de las empresas es muy común”.
La encuesta que se aplicó como parte de las medidas preventivas de la Norma Mexicana 035 para medir los riesgos psicosociales en el trabajo, registra también que la pandemia y la implementación del “teletrabajo”, rompieron la línea divisoria entre la esfera familiar y la laboral, aumentado las jornadas laborales que a su vez traen consigo estrés crónico, ansiedad, depresión, incluso tendencia al suicidio.
“Son riesgos que ya se tenían pero que con las nuevas dinámicas cambiaron súbitamente”, predictores como el estrés si se vuelven crónicos pueden, incluso, disminuir los años de vida de una persona, similar a un trabajador que se encuentra en constante “exposición a químicos”, pues comen mal, su estilo de vida empeora, menos ejercicio, haciéndolos propensos a enfermedades crónicas.
“Tienen un 60% más riesgo a un infarto o accidente cerebrovascular, un 87% más riesgo si padecen obesidad; 62% más de riesgo a padecer problemas músculo-esqueléticos, problemas de sueño, adicciones, y tienen hasta 2 o 3 veces más de probabilidad de morir por enfermedades crónicas”, comparados con las personas que tienen dichas enfermedades, pero no están expuestas a este tipo de trabajo.
Juárez destacó que son los trabajadores informales con los que se tiene una gran deuda pues los estudios y las políticas públicas no los involucran, y eso los lleva a pertenecer a los grupos vulnerables “igual que los jubilados y las amas de casa son los más vulnerables, muchos murieron porque no pudieron resguardarse en su casa”.
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