Sin instalaciones propias, equipamiento y, en algunos casos, con un mínimo de alumnos, operan las universidades para el Bienestar Benito Juárez García, una de las promesas más ambiciosas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador quien buscaba dar acceso a la educación superior a la mayor cantidad de jóvenes a lo largo de todo el país.
La meta era que 100 universidades dieran acercaran la educación superior a poco más de 32 mil alumnos, sin embargo, en algunos estados no lograron abrirse los planteles debido a que no se inscribieron el mínimo de estudiantes que requerían para ser viables pese a que estas instituciones no realizan exámenes de admisión ni cobran cuotas de inscripción.
En los estados en los que ya están funcionando, lo hacen en instalaciones prestadas, ya sea auditorios municipales, gimnasios, bodegas, predios o aulas de otras escuelas con equipamiento mínimo. Además, los alumnos inscritos en estos planteles carecen de credencial de estudiantes, sólo el número de folio que recibieron al inscribirse que les llegó en los respectivos correos electrónicos de notificación.
Esto, debido a que las universidades del Bienestar no cuentan con rectorías, direcciones, oficinas de servicios escolares o personal administrativo que lleve el control de los trámites de los alumnos.
Además, los planteles operan en total opacidad, ya que ni los delegados del Bienestar ni los portales de transparencia pueden dar cuenta de cuantas escuelas están funcionando, el número de alumnos inscritos o la cantidad de becas que se otorgan, ya que cada estudiante recibe dos mil 400 pesos mensuales.
En Chiapas, por ejemplo, Juan Carlos Espinosa, jefe del área de atención ciudadana de la Secretaría del Bienestar, informó que las becas a los estudiantes de cuatro mil 800 pesos bimestrales se han estado entregando en tiempo y forma, aunque dijo desconocer el número de jóvenes beneficiados, debido a que se trata de un recurso que se entrega desde la Ciudad de México.
Al hacer un recorrido por la dependencia que ningún trabajador de ésta pudo dar referencia de las universidades Benito Juárez García, ni siquiera supieron responder quién o qué departamento está a cargo del proyecto.
En Veracruz, ni la Unidad de Transparencia de la Secretaría del Bienestar, ni la la Oficina Representante de la Coordinación Nacional de Becas para el Bienestar Benito Juárez a cargo de Gustavo Moreno Ramos, tienen los datos de funcionamiento, instalaciones, maestros o estudiantes de los ocho planteles que se planearon abrir en el estado, aunque se afirma que ya se construye el de Poza Rica.
SE QUEDAN CORTAS DE ALUMNOS
En Tamaulipas, sólo una de tres universidades está funcionando. Las escuelas de los municipios de Hidalgo y San Fernando no tuvieron convocatoria, pues en el primero no se logró la matrícula para la carrera de Ingeniería en Procesos Agroalimentarios, quedando desierta y sin operar; en el segundo la inscripción fue menor a 30 estudiantes, lo que implica que pueda detenerse el proyecto, en Aldama se cumplió el objetivo de 130 alumnos y se instauró ya el programa.
Sin embargo, tuvo de hacerse una depuración, debido a que algunos no cumplían con los perfiles por falta de estudios.
Del primer ingreso sólo quedan 45 estudiantes que pasaron a segundo cuatrimestre. Para la segunda convocatoria se registraron 108 jóvenes, de los cuales quedan inscritos en el primer cuatrimestre 85, que dan suman los 130 los alumnos que toman sus clases en la Escuela Secundaria Técnica número 13, ubicada en la cabecera municipal de Aldama.
MAESTROS SIN PAGA
En Chihuahua, los maestros de la Universidad de Bienestar Benito Juárez que dan clases en el plantel del municipio de Guadalupe y Calvo reciben pagos de manera irregular por sus servicios.
Se trata de siete maestros, quienes prefirieron el anonimato por miedo a represalias ya que no están sindicalizados, que no reciben los pagos desde el mes de mayo a la fecha. Además, acusan que durante los primeros dos semestres han desertado entre 10 y 15 por ciento de los alumnos.
TAMBIÉN DEMORAN LAS BECAS
Odette Ceja Aguirre, estudiante del primer semestre de la carrera de Ingeniería Industrial, calificó como positivos los más de dos meses del actual ciclo escolar, sin embargo, no sabe cuando recibirá su beca bimestral.
Detalló que lo único negativo en las Universidades del Bienestar es la beca, “no hay fecha ni razón de las autoridades y pues tenemos que pagar combis por lo retirado”.
Algunos llegaron a esta opción al ser rechazados en otras escuelas.“Primero hice examen en la UNAM para Veterinaria, pero pues no me quedé y pues me interesó también esta carrera”, señala Luis, quien habita en Villa del Carbón, Estado de México.
Con Información de Miguel Salazar, Diario de Xalapa; Paulo Monsiváis, El Sol de Tampico; Christian Baeza, El Sol de Parral; César Ábrego, El Sol de Morelia, y Patricia Venegas, El Sol de Toluca