La festividad de Día de Muertos, en el poblado de Ocotepec, es una tradición milenaria que data desde la época prehispánica, una herencia cultural y espiritual que dejaron nuestros ancestros. Actualmente se realiza año con año.
Esta celebración a los difuntos comienza el día 18 de octubre “San Lucas”, tradición que consiste en poner ofrendas a los difuntos que murieron de manera trágica durante el año.
Posteriormente el 31 de octubre se colocan ofrendas dedicadas a los niños y finalmente el uno de noviembre, a las personas que murieron de forma natural durante el año.
En la ofrenda dedicada a los menores se simula el cuerpo presente, con pan, manzana, plátano y mandarina. Ésta se cubre con un manto blanco y encima se coloca la ropa al estilo que el difunto vestía. Todo lo que se pone debe ser nuevo. En la parte de abajo se coloca un petate donde va la comida, dulces y accesorios que le gustaron al finado. En la entrada donde vivió se coloca un arco con el nombre del finado y un camino con flor de cempasúchil, esto para guiar al difunto a su ofrenda.
Cabe destacar que estas ofrendas deben estar listas a las 12:00 horas, la familia de los difuntos salen a recibirlos con sahumador, ceras, flor de cempasúchil y la foto del finado para guiarlo a su ofrenda. A esa hora las campanas de la parroquia Divino Salvador y los cuatro barrios que conforman este poblado suenan de manera unísona acompañadas de salva de cohetes.
Actualmente, vecinos del pueblo de Ocotepec visitan las ofrendas la cual se ha adoptado el nombre de “Cereada” porque cada que se visita una ofrenda deben obsequiar a los caseros una cera, esto como forma de agradecimiento y principalmente para que el difunto tenga luz.
Asimismo, el 2 de noviembre a las 12:00 horas, se realiza una misa en el panteón en memoria de los difuntos, desde las tumbas de sus familiares, la gente recibe la oración y en algunos casos, si la persona murió recientemente, se acostumbra llevar comida y hacer un convivio en el sitio, lo que simboliza que se comparta el bocado con el finado.
Algunos acostumbran a llevar banda, mariachi o norteño, dependiendo qué tipo de música le gustaba al difunto. Antes y posterior a la misa llenan el panteón de sonidos armoniosos y en esta ocasión no deja de existir la tristeza, sin embargo, se enfoca más a una manera simbólica de saber que sus familiares regresaron del más allá para reunirse con sus seres queridos.
El dato
La ofrenda está compuesta por fruta, pan, comida, juguetes, ropa y bebidas como pulque, cerveza y tequila.
Se simula el cuerpo presente del difunto y se cubre con un manto blanco, encima se pone la ropa que el finado usaba y tiene que ser nuevo.
El 2 de noviembre de 2014, el Día de Muertos en Octepec, recibió el título de inscripción de las Festividades Indígenas Dedicadas a los Muertos, en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.