El corte manual de arroz es una tradición que con el paso de los años y la modernización del campo se ha ido perdiendo, sin embargo, este trabajo que muchas personas han aprendido de generación en generación es el sustento de decenas familias y forma parte de la tradición morelense del proceso de cosecha de arroz.

Muchos hemos comido arroz ya sea solo, o acompañando algún platillo, pero pocas veces nos hemos preguntado cuál es el proceso que se debe seguir para que la semilla llegue hasta nuestras mesas, ya que el proceso de siembra y cosecha es fundamental para seguir manteniendo la calidad en el alimento.

Luego de todos los meses que en los que los productores de arroz se dedican a sembrar un arroz de calidad, el corte también tiene que ser de calidad y la semilla se debe cuidar siempre.

Por años, el corte de arroz en Morelos fue completamente manual, cortadores entraban directo a los cultivos para con una herramienta cortar desde los tallos y en botes especiales golpear las plantas para que el arroz se desprendiera por sí sólo, luego se coloca en costales especiales para llevarse a su comercialización.

Esta práctica aún se realiza, pero cada vez en menos cultivos, la modernidad del campo y la necesidad de hacer las cosas al momento, obligaron a muchos productores a meter máquinas para el corte, que, aunque son mucho más rápidas, dejan sin trabajo a decenas de familias y dejan en el campo kilos y kilos de arroz tirado.

Demetrio tiene 30 años de edad y por 10 años se ha dedicado al corte manual de arroz, señala que esta labor cada vez va a la baja y esto se debe a que ya casi no hay productores que los contraten.

Cuando no hay corte de arroz ellos se dedican al corte de verdolaga, labor que también va a la baja.

Este trabajo también es mal pagado, pese al esfuerzo físico y los peligros que la labor representa, en promedio se les paga 150 pesos por dos costales llenos de arroz, cada costal se llena con 90 kilos y tardan más de tres horas para poder tener esa cantidad.

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