A penas eran las 8 de la mañana cuando Rossel llegó al Hospital General de Temixco, justo donde se ubica uno de los 13 centros de vacunación del Programa Nacional para la población para adulta mayor; no fue para recibir la vacuna, pues es un joven que desde hace varios años dejó la escuela y en su lugar ayuda a su mamá vender tortas en los cruceros, los cuales ha cambiado por los puestos de vacunación, donde ha logrado tener buenas ventas
“Tortas de jamón a 15 pesos, le vendo una torta”, gritaba desde muy temprano afuera del Hospital, iba y venía buscando la mayor cantidad de clientela, cuando se cansaba buscando un lugar en la baqueta que le diera un poco de descanso en la poca sobra que daban los árboles de almendra sembrados ahí.
“Solo terminé sexto de primaria y me salí de la escuela, ahora le ayudo a mi mamá a vender tortas en el crucero de Xochitepec pero cómo está muy tranquilo ahí es el primer día que vengo al Hospital aquí hay más gente”.
Rossel dice que tiene intenciones de incorporarse en la Educación abierta, peor mientras eso ocurre seguirá ayudando a su mamá.
Y así como él, el resto de los comercios establecidos en la zona han visto incrementar sus ventas hasta en un 60 por ciento respecto a semanas anteriores, sobre todo las de giros como papelerías, farmacia y fondas.
Que si bien ven con buenos ojos la llegada de consumidores, también les genera preocupación pues aseguran las personas llegan en grupos sin guardar la sana distancia.
Adultos mayores llegan acompañados incluso por su familia completa, algunos llevan a bebés de brazos sin preocuparse de algún contagio de Covid-19.
Pasadas las 10 de la mañana los adultos mayores no sólo han desplegado su silla o su banco, sino que lo hacen con la sombrilla para cubrirse del sol o buscan entre sus bolsas alguna frazada, gorra o suéter con el cual cubrirse de los rayos del sol que a esta hora de la mañana ya se dejan sentir.
Son los Servidores de la Nación que van y vienen tratando de controlar a la multitud, ordenándolos de uno en uno, para posteriormente registrarlos y hacerlos pasar.
Esos hombres y mujeres de chaleco café, con grandes letras en su espalda y el escudo mexicano son quienes atienden a los adultos mayores a ratos con palabras de cariño y otros casi gritando para que les tome el en serio.
Primero el registro, la aplicación de gel antibacterial, y luego el acceso a la zona en la que pueden tomar asiente para después ser llamados a las vacunas.
Así transcurre el cuarto día de la jornada de vacunación a población abierta en el estado, para las 16 horas el Hospital luce casi desolado.