La violencia en la universidad es “brutal”, con esas palabras se expresó Yarín, estudiante de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), quien dijo ser víctima de acoso sexual por parte de uno de sus compañeros, al cual se le aplicaron medidas cautelares que al paso del tiempo, dijo, se revirtieron en su contra y ahora tiene prohibido ingresar en el turno matutino, así como asistir a cualquier evento en el que su agresor asista dentro del Campus Chamilpa.
Este martes 31 de mayo, integrantes del Colectivo Morras contra la Violencia Institucional se manifestaron afuera del gimnasio-auditorio de la universidad en donde se llevaba a cabo el Consejo Universitario, ahí expresaron que las agresiones contra las estudiantes siguen ocurriendo, pero que además existe una “simulación” a la hora de investigar los casos.
Las estudiantes dieron lectura al comunicado que cita la Recomendación emitida por la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CDHM), y en la que mencionan:
“La acreditación de violaciones al derecho a la legalidad y seguridad jurídica hacia las denunciantes por parte de la UAVV (Unidad de Atención Víctimas), y del Abogado General de UAEM, que se expresan en actos como: La negativa a brindarle a las víctimas acceso a información de su expediente, así como las resoluciones y procedimientos correspondientes, pese a ser solicitados en diversas ocasiones, lo cual se traduce en opacidad y falta de transparencia. Las omisiones e inconsistencias por parte de UAVV en sus procedimientos, lo que vulnera a las denunciantes. La falta de autonomía de acción y gestión de la UAVV derivado de su inexistencia legal en el Estatuto Universitario, lo cual, en los hechos, ocasiona que las resoluciones recaigan en la Oficina del Abogado General y que se traduce en un conflicto de intereses”, leyó Zay H, vocera.
Pese a que durante la primera manifestación el pasado 25 de mayo entregaron un pliego petitorio a las autoridades universitarias, éstas no les habían dado respuesta por lo que darían dos días más para obtener una.
“Hace tres años fui víctima de agresión sexual por parte de un compañero de mi mismo instituto, el está en el octavo semestre de la carrera de Letras, interpuso mi queja no me dieron medidas cautelares sólo lo cambiaron al otro edificio es la fecha que me lo sigo topando; el director del plantel me dijo que para evitar que nos encontremos yo no podía ingresar al campus en el turno matutino, yo estudio en el vespertino”, siguió compartiendo Yarín.
Incluso en un evento deportivo que se extendió hasta la tarde, contó, le pidieron no ingresar por la misma puerta que el saldría, por lo que tuvo ausentarse de clases por tres días.
Las jóvenes expresaron su desacuerdo con la Federación de Estudiantes Universitarios (FEUM), de quienes desconocieron su representación en este caso pues desde el interior se ejerce violencia contra las integrantes del comité electo.
Al salir el rector Gustavo Urquiza Beltrán, del Consejo Universitario, las estudiantes lo interceptaron para exigirle solución inmediata para atender los casos de acoso y hostigamiento; con mantas y consignas las jóvenes pidieron la instalación de una mesa de trabajo y un alto a la simulación.
Melissa Vivás, secretaria de la Mujer de la FEUM, dijo que los actos no deben ser asumidos solo como actos administrativos sino que deben ir más allá para un castigo ejemplar, ya que esto permite que no sólo la víctima sino el resto de la comunidad universitaria conviva con agresores.
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