Aunque la presencia de la tortuga casquito (Kinosternon integrum) disminuyó en su hábitat natural en el río Cuautla, al grado de que hoy es casi imposible encontrarla ahí, la especie endémica encontró un nuevo hogar: los canales de los manantiales de Las Tazas, donde conviven con otras especies endémicas, como el cangrejito barranqueño (Pseudothelphusa dugesi), en el ejido de Cuautlixco.
De acuerdo con Enrique Anzures Carrillo, ejidatario y defensor del medio ambiente en el municipio, la presencia de la tortuga casquito enaltece la importancia de concretar el proyecto que busca crear una Unidad de Manejo Ambiental (UMA) dentro del balneario Las Tazas, administrado por el comisariado ejidal:
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“En Las Tazas tenemos la tortuga casquito y el cangrejito barranqueño, además de otras especies. Este cuerpo de agua, al quedar en medio de la ciudad, es importante restaurarlo”, dijo.
Sin embargo, reconoció las dificultades de concretar el proyecto, especialmente por la falta de recursos económicos:
“A veces se necesita dinero, tiempo y concientizar también a los ejidatarios. Es un proceso un poquito tardado, pero lo estamos haciendo”, dijo Anzures, recordando que, semanas atrás, la comunidad ejidal ya dio los primeros pasos con la plantación de ahuehuetes para recuperar el antiguo bosque de Chiconahuapan.
Especies nativas buscan nuevos refugios
El biólogo Sergio González Santoyo, de la Coalición Ambiental y Cultural de Cuautla, asegura que las especies nativas cuyo hogar solía ser el río se están desplazando hacia nuevas zonas del municipio, como ocurre con la tortuga casquito y el cangrejito barranqueño. El especialista resalta la importancia de contribuir a la preservación de estas áreas naturales, que se han visto perjudicadas por el crecimiento demográfico:
“El crecimiento de la mancha urbana es lo que va haciendo que los organismos se desplacen, pues sienten su ecosistema amenazado”, explica González.