"En Tlacotepec mandamos las mujeres", dijo con una sonrisa María Olivia Miramar, de 43 años de edad, con ojos brillantes. Hace cuatro años que José Marín, su marido, se fue a Estados Unidos, y María se quedó sola con su hijo y un terreno condenado a la infertilidad en el Cerro de La Era, Tlacotepec, una de las zonas más marginadas de Zacualpan de Amilpas.
Cerro de la Era
En Cerro de la Era todo se acababa cuando las lluvias se iban. No había otra forma de hacer producir la tierra y las personas, en aquel entonces, solían entrar en desesperación. Con el tiempo, esta situación provocó que los hombres se fueran del pueblo a buscar mejor suerte en Estados Unidos. También María descubrió que sí había modos, que los hombres se rendían demasiado pronto.
"Antes no mandábamos nosotras, sino ellos, pero ahora tenemos el poder para mandar, así que somos nosotras las que llevamos las riendas", explicó María, y entonces, suelta el secreto.
En Cerro de La Era, un pueblito de poco más de 200 personas, las mujeres se enteraron un día de que el Gobierno tenía programas de apoyo al campo y se inscribieron en ellos, sólo para probar. Así consiguieron cisternas de almacenamiento de agua, corrales para criar pollos y vacas y muchos, muchos cambios. Ahora, Cerro de La Era no es un terreno infértil; ahí crece maíz, se riegan los cultivos, se crían gallinas, toros, puercos, se riegan hortalizas, se cultivan, se venden y se comen. Todo lo hacen ellas, y a veces hasta se han olvidado de ellos.
"Mi esposo se dedicaba al campo, pero ahora que no está, soy yo la que siembra", dijo María con la misma sonrisa.
Un pueblo para las mujeres
Con un equipo de más de 70 mujeres y sólo dos hombres, María ha aprovechado en Cerro de la Era los beneficios del Proyecto Estratégico para la Seguridad Alimentaria (PESA), un programa del Gobierno federal que apoya a las personas de escasos recursos para que inicien sus propias empresas en el ramo agricultor y ganadero.
En el campo, estas mujeres encontraron el poder que no habían tenido atendiendo a sus maridos en la casa.