La viabilidad de la administración comunitaria de los sistemas operadores de agua en Morelos da pie a un nuevo debate, especialmente considerando las complicaciones que enfrentan los Sistemas Operadores de Agua Potable y Saneamiento (SOAPS).
Algunas zonas ejidales gozan de un suministro de agua constante, lo que plantea la pregunta de si la administración por parte de las propias comunidades podría ser una solución a los problemas de acceso al agua en Morelos.
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Morelos cuenta con una rica diversidad de territorios, desde zonas urbanas hasta comunidades ejidales y comunales. En estos últimos se ha observado que el suministro de agua es, en general, más eficiente y constante que en las áreas urbanas gestionadas por los SOAPS. Por tanto, la idea de que las comunidades sean las encargadas de administrar sus recursos hídricos adquiere un renovado interés.
Juan Carlos Valencia Vargas, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y director general de Aquator, empresa dedicada a consultoría y desarrollo de infraestructura hidráulica, abordó el tema al explicar que la clave reside en una adecuada administración de los recursos económicos:
"El tema es hacer una adecuada administración de los recursos que ingresan y de cómo se gastan", manifestó.
De acuerdo con el especialista, algunas comunidades lo hacen bien, mientras que otras no. Sin embargo, destaca que en las comunidades pequeñas "están mucho más vigilados por sus vecinos y más cercanos a la gente, lo que puede contribuir a una mejor administración".
Hace falta gente preparada
En Morelos existen cientos de organizaciones comunitarias del agua, muchas de las cuales no están constituidas legalmente. A pesar de que la Constitución Mexicana establece que los municipios son los responsables de prestar el servicio de agua, en la práctica, la mayoría de los municipios no atienden las comunidades pequeñas, rurales y ejidales, concentrándose únicamente en las cabeceras municipales y zonas metropolitanas.
"Esto es un tema que debería corregirse y atenderse", aseguró Valencia Vargas. Para mejorar la situación, el especialista sugiere tres cambios fundamentales:
"En primer lugar, los cargos deben ser ocupados por gente capaz, porque sigue habiendo directores de organismos operadores que, cuando son nombrados por el alcalde en turno, no han tenido ninguna experiencia en el aspecto de agua. El 80 por ciento de los directores no ha tenido nunca ninguna experiencia en cargos relacionados con el sector agua, nunca han estado ahí y los nombran directores, y eso implica que tienen que aprender", expuso el experto.
Otorgar periodos más largos a los directores de los sistemas operadores también puede beneficiar la eficiencia, siempre y cuando cumplan con ciertos parámetros. Finalmente, la participación ciudadana puede rellenar los huecos que los sistemas, por su naturaleza, podrían descuidar: "Un tema es el de la propia población y su cultura, porque seguimos siendo muy insensibles en el tema del agua, nadie le hace caso hasta que le falta. Nadie le hace caso al tema de saneamiento hasta que ve su río contaminado, o que el canal está recibiendo aguas negras", explica Valencia Vargas.
Algunos ejemplos externos
Para evaluar la viabilidad de dejar la administración del agua en manos de las comunidades resultaría conveniente considerar experiencias exitosas de gestión comunitaria del agua en otras regiones de México y el mundo.
En algunas comunidades de Oaxaca, por ejemplo, se han implementado sistemas de gestión del agua basados en usos y costumbres, con la participación activa de la población en la toma de decisiones y el mantenimiento de la infraestructura.
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Estos modelos han demostrado ser efectivos en garantizar un acceso equitativo al agua y promover la conservación de los recursos hídricos.
Asimismo, en países como Bolivia y Colombia se han desarrollado modelos de co-gestión del agua en los que las comunidades y el Estado trabajan conjuntamente para garantizar el suministro y la sostenibilidad del recurso. Estas experiencias podrían servir de inspiración para el diseño de un modelo de gestión comunitaria del agua en Morelos.
Números rojos en Morelos
En la entidad, más del 90 por ciento de los organismos operadores de agua municipales operan con números rojos, sin ingresos suficientes para cubrir todos sus costos operativos.
El mayor ejemplo de estas deficiencias económicas es el sistema operador de agua potable de Cuernavaca, que enfrenta una deuda de 380 millones de pesos:
"Una cantidad impagable para la mayoría de los organismos o instituciones", dice Valencia Vargas. En contraste, el especialista indica que aproximadamente el 60 por ciento de las organizaciones comunitarias del agua opera de manera regular, aunque no pueden resolver sus problemas de infraestructura ni de inversión con sus ingresos corrientes.
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