A un año del sismo, todavía no llega el apoyo ni la reubicación prometida a los vecinos de la Privada de la Mina en la comunidad de Tezoyuca. El sismo ocurrido la tarde del 19 de septiembre no solo sacudió la tierra, sino también cambio en segundos la vida de las familias que habitan en esta privada de Emiliano Zapata.
El sismo afectó el cerro, por lo que si bien las casas estas intactas, existe el riesgo latente de desgajamiento.
El Fondo Nacional de Desastres (Fonden) sólo llegó apoyo para aproximadamente cinco familias que habitan en la parte alta de la mina, quienes aún trabajan en la construcción de sus viviendas. Sin embargo, a los vecinos de La privada la Mina, Unidos por Morelos les prometió hace meses reubicarlos a un predio cercano, pero no han comprado el terreno hasta donde tienen entendido.
Al respecto, el alcalde de Emiliano Zapata, Fernando Aguilar Palma, declaró que al parecer existían algunos problemas legales para adquirir el predio, pero Unidos Morelos estaba por resolverlo. Por su parte, María Félix, representante de los vecinos, informó que les prometieron reubicarlos antes de que termine el mes de septiembre, lo cual no ha sucedido y agregó que no creen que lo hagan, ya que casi concluye el gobierno de Graco Ramírez.
Ante la indiferencias de las autoridades, inclusive del Ayuntamiento de Emiliano Zapata, los vecinos han amenazado con regresar a sus viviendas aún con el riesgo que esto representa y señalando que si algo les pasa será responsabilidad de los gobernantes.
Actualmente, duermen en un cuarto de usos múltiples ubicado a la entrada de la privada, sobre la calle instalaron una sala improvisada, tapada con una techumbre de laminas de aluminio que les fue donada, pero cuando llueve el agua arrastra las sillas.
Pese a la negativa de las autoridades municipales, instalaron un baño improvisado en la calle. En cuanto el tema de salud, en la época de calor han padecido de enfermedades gastrointestinales y todo el año han sufrido de enfermedades respiratorias por encontrarse al a intemperie, siendo los más afectados los niños.
Continuamente el cerró se va desgajando, y están pendientes todo el día de que los niños no se acerquen a la zona a jugar para evitar una tragedia.
Por tal motivo, lamentaron que a un año del sismo la ayuda no haya llegado y a las autoridades no les interesa las condiciones en que habitan.