Todo Morelos está experimentando sequía, de acuerdo con el último informe del Monitor de Sequía en México, documento con el que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) da cuenta del estado actual y la evolución de la sequía en el país. En lo que tiene que ver con Morelos, el 61 por ciento del territorio sufre de sequía moderada, mientras que el 39 por ciento de una sequía severa.
La mayoría de los habitantes de Morelos ya han comenzado a sufrir las consecuencias: cortes de agua en el suministro, fallas constantes en la infraestructura de los sistemas operadores, disminución en el torrente de agua de la llave y tandeos cada vez más separados.
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De acuerdo con especialistas en la materia, la falta de disponibilidad de agua para los hogares y los cultivos se debe a las sequías registradas en los últimos años.
Sí tenemos una sequía severa que nos está llevando a una situación muy crítica en relación con el agua que tenemos disponible. Hoy las condiciones están muy por debajo de lo que normalmente se presentaba a estas alturas del año, dice Juan Carlos Valencia Vargas, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y director general de Aquator, empresa dedicada a la consultoría y el desarrollo de infraestructura hidráulica.
La crisis en el campo
En un informe publicado a mediados de mes de abril, la Comisión Estatal del Agua (Ceagua) alertó sobre el estado en el que se encuentran las 19 presas que suministran agua a los cultivos de riego, con un nada esperanzador 30 por ciento de su capacidad total. Este escenario ha tenido consecuencias devastadoras entre los productores morelenses, que han considerado abstenerse de sembrar este año.
“Desde hace tres a cuatro años la sequía se ha incrementado en nuestro estado, y cada vez es más difícil que los almacenamientos se recarguen al 100 por ciento, y también es más difícil que los almacenamientos subterráneos, los acuíferos, también se recarguen”, agrega Valencia Vargas.
Morelos cuenta con cuatro acuíferos esenciales para suministro de agua en esta región del país. Se trata de los acuíferos de Cuernavaca, Cuautla – Yautepec, Zacatepec y Tepalcingo – Axochiapan, los cuales son gestionados y conservados por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Ceagua.
“Las condiciones de los campesinos están cambiando mucho. Ya no hay certidumbre. Ya no sabemos cuándo hay que sembrar o si vale la pena hacerlo. Por eso muchos compañeros están optando por no sembrar”, dijo Domingo Leal, ejidatario de Tecomalco, sembrador de caña en el municipio de Ayala respecto a la sequía por la que atraviesa el estado.
La crisis en la ciudad
Los sistemas operadores de agua potable de los municipios de Morelos pasan actualmente por una de sus etapas más complicadas históricamente, con una demanda constante del recurso hídrico por parte de la ciudadanía y la dificultad para responder a esta necesidad en medio de la sequía. La crisis se agrava, según menciona Valencia Vargas, cuando se toma en cuenta que el agua que llega a nuestros hogares es mucho menor que la que sale de los manantiales.
En las ciudades, las pérdidas promedio de los organismos operadores es de un 40 por ciento, es decir que de cada 100 litros que salen de un manantial o un pozo, solo el 60 por ciento llega a los hogares, mientras que el resto se pierde en fugas.
En el campo, la situación es peor, pues de cada 100 litros que salen de las presas solo 40 llegan a los cultivos, mientras que el restante se filtra a la tierra en el camino, debido a que la mayoría de los canales de riego están hechos sobre tierra.
Tepoztlán es un ejemplo de lo que está ocurriendo con los sistemas operadores, con seis pozos en la cabecera municipal y uno principal que está empezando a tener problemas:
“El pozo principal, que abastece cinco comunidades, se abatió, así que tenemos que sumergir más la bomba”, explica Rafael Carrillo, director de Agua Potable del municipio, quien explica que la bomba de este pozo se encuentra actualmente 33 metros y será sumergida seis metros más en espera de que esta medida contribuya a seguir abasteciendo a las comunidades.
Por lo pronto, los habitantes del pueblo mágico reciben agua cada 15 o 20 días, el tandeo más prolongado que se ha registrado en la historia reciente de la comunidad.
“Está complicado, en el sentido de que, como no llovió lo suficiente en el temporal pasado, la estamos viendo difícil. Los tandeos se fueron de entre 15 y 20 días. Se les da suficiente, pero sí tarda".
¿Tenemos nosotros la culpa?
Aunque la crisis de disponibilidad del agua se debe en gran parte a la sequía, Juan Carlos Valencia considera que los ciudadanos pudimos hacer más ahorrando agua para evitar llegar a este punto. De cualquier forma, considera que todavía estamos a tiempo de actuar.
Como ciudadanos, podemos incidir en nuestros hogares, primeramente, usando menos agua en la medida de lo posible, con duchas rápidas, también al lavarnos los dientes, al lavar el coche, al regar el patio. Desafortunadamente, en época de sequía, nuestros jardines van a tener que sufrir un poco para compensar la carencia de agua.
Otro punto en el que la ciudadanía puede contribuir a la mejora del servicio es pagando por éste en tiempo forma, de manera que los sistemas operadores cuenten con recursos para mejorar la infraestructura hidráulica y evitar que el agua se filtre a través de las tuberías.
“Todavía hay una gran cantidad de gente que se niega a pagar por el agua. Todos pagamos energía eléctrica, la luz, el teléfono. Pagamos el refresco, las cervezas y el agua embotellada, pero mucha gente se niega a pagar por el tema del agua”.