Morelos cuenta con diversos pueblos mágicos, y uno de ellos es Tepoztlán ubicado al norte del estado, característico por su pirámide construida en la cima de la montaña, así como sus leyendas y tradiciones que ya son parte de los habitantes de la localidad. Es en esta temporada que el pueblo mágico de Tepoztlán inicia sus preparativos, desde el 18 de octubre en las iglesias comienzan a sonar sus campanas e inician los rosarios para indicar la espera de los difuntos. Al llegar el 1 de Noviembre deben de estar listas las ofrendas antes de las tres de la tarde, para posteriormente realizar una sahumada y llamar al difunto por su nombre.

Lilia Marquina quien es habitante de Tepoztlán lleva ya cuatro años con esta tradición, “le pusimos la ofrenda es mi hijo falleció en el 2015, falleció por una enfermedad, con este ya llevamos cuatro años, le pusimos mole verde, maíz, tejocote en almíbar, tamales gordos, todo hecho por nosotros. Nosotros llamamos a las personas por medio del sahumerio con el copal y colocamos una fogata en la entrada para esperar a nuestro difunto”.

Aproximadamente las seis de la tarde es cuando en las calles del pueblo se comienzan a iluminarse con una chilacayota de diferentes tamaños que es trazada con un plumón haciendo una figura simpática, posteriormente con una espátula se le saca el relleno, se le coloca una vela, la cual “les alumbra el camino” a las ánimas que regresan para estar junto con sus seres queridos, y un alambre para que grandes y pequeños vayan por las calles mágicas características del pueblo pidiendo “Una limosna para la calaverita”, durante la travesía es muy notorio el aroma del copal y flor de cempasúchil.

Las personas que visitan las ofrendas son bien recibidas por los pobladores, ya que estos consienten a la gente con ponche o dulces, esta tradición representativa del poblado termina el 8 de Nombre, ya que ese día también se acostumbra pedir la limosna para la calaverita.