Con sus más de 15 metros de altura, el santuario de Tepalcingo atraviesa actualmente por un minucioso proceso de restauración, ante los daños que le ocasionó el sismo del 19 de septiembre de 2017. De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Morelos, esta construcción del siglo XVIII fue una de las que más afectaciones sufrieron en aquella fecha.
"Es un proceso largo, lleva su tiempo, no es de la noche a la mañana, a pesar de que ya tenemos un año, pues estamos muy puntualmente analizando cada una de las intervenciones", refiere Fernando Duarte Soriano, coordinador de Monumentos Históricos del INAH, Morelos.
En este santuario, considerado como el máximo exponente del barroco popular en la Nueva España por el arquitecto Agustín Piña Dreinhofer, el personal de la empresa Grupo Farla, subcontratada por el INAH Morelos, realiza cada día un trabajo de alto riesgo, con el cual se ha logrado liberar la cúpula, gravemente dañada durante el sismo. Sin embargo, el camino por delante aún es muy largo, a tal grado que todavía es muy difícil establecer una fecha tentativa en la que estaría lista su restauración.
No podemos hablar en tiempos por lo mismo; si estamos hablando un año después, y estamos generando todavía apuntalamientos y desmantelamientos
Explica Duarte.
Un tratado teológico
En su libro, Piña Dreinhofer describe el santuario de Tepalcingo como el máximo exponente de las expresiones novohispanas del barroco popular, y a su fachada como "un verdadero tratado teológico". No obstante, la naturaleza del sismo también afectó este aspecto.
Estamos tratando de llevar a cabo el proyecto de restauración de la ornamentación de la fachada, porque aparte de lo estructural, que colapsó la parte de arriba, la decoración se vio afectada
Duarte.
Por ahora, la empresa trabaja en la liberación de una de las torres-campanario, pero a la vez ha empezado a reparar las grietas que se abrieron en los muros.