A pesar de la inseguridad y la crisis económica, la tradición de pedir "Calavera" se resiste a desaparecer, pues desde ayer los niños acompañados de sus padres salieron a las calles con disfraces alusivos al día de muertos y halloween.
Pedir calavera se llega a confundir con la tradición de Estados Unidos de ir casa por casa disfrazados de un personaje de terror bajo la consigna de Dulce o Travesura (trick-or-treat), sin embargo, se cree que en México nació en la época prehispánica, donde todo comenzó con un niño macehual, es decir, un pequeño que en la sociedad azteca pertenecía a una clase humilde.
Al quedar huérfano y ser parte de una de las clases sociales menos favorecidas, no tenía dinero ni comida para la ofrenda a sus seres queridos. Usando su ingenio, en una celebración a los muertos decidió pintarse la cara y salir a pedir su "calavera" que no era más que solicitar algunas donaciones de pan, fruta o comida para ofrendar a sus familiares.
Actualmente hay menos niños que piden calaverita, pues factores como la inseguridad, la crisis económica y la apatía de los padres jóvenes y de los niños que prefieren quedarse a jugar videojuegos, ha hecho que poco a poco desaparezca.
Pero, a pesar de todo, se resiste a desaparecer, pues en escuelas, principalmente se fomenta esta tradición.
Ayer salieron niños y adultos disfrazados de catrinas, calaveras, fantasmas, brujas, zombies y demás a pedir calaverita, pero a comparación de hace 10 años, la cantidad fue mínima en las calles de Cuautla; entonaron el famoso cántico "la calavera tienen hambre, no hay un huesito por ahí, no se lo acaben todo, déjenme la mitad...".
Para algunos padres lo importante de llevar a sus hijos a pedir calavera es mantener viva la tradición e inculcarles la celebración del día de muertos, "no es conseguir una moneda o un dulce, sino el que los niños conozcan este tipo de tradiciones que sin duda dan color a nuestro país", dijo Brenda Hernández, madre de familia.