Dora Ivonne Rosales Sotelo ha cargado con la responsabilidad del Instituto Morelense de Información Pública y Estadística (IMIPE) por casi un año en solitario. Tiene un equipo que le ayudó a salvar el trabajo del órgano garante de la transparencia en Morelos al que reconoce todos los días y casi en cada declaración, pero entre parálisis legislativa y conflictos jurídicos, el colegiado de cinco comisionados sólo la tuvo a ella durante muchos meses y pese a ello, los sujetos obligados cumplieron más y mejor.
Aún frente a los resultados, la comisionada presidenta del IMIPE reconoce una serie de ataques sistemáticos en su contra que podrían ser considerados violencia política de género. En entrevista exclusiva con El Sol de Cuernavaca, Rosales Sotelo habla de resultados, de la urgencia de rediseñar al IMIPE desde el Congreso del Estado y de su caso que ejemplifica la escalada de violencia en contra de las mujeres que deciden hacer carrera en la política morelense.
Parte porque durante el período de ausencia de comisionados (dos habían concluido sus encargos y dos más estaban en litigio) fue imposible aplicar sanciones, y parte por la formación más cercana a la docencia, Dora Ivonne decidió una estrategia diferente para promover el cumplimiento de los sujetos obligados, particularmente de los ayuntamientos, a los que motivó mediante la firma de cartas compromiso a cumplir con sus obligaciones de transparencia, “y les decíamos que no era nomás para tomarse la foto, sino que asumían el compromiso de dar a conocer toda la información pública”. La colaboración en el cumplimiento también aumentó en los partidos políticos, incluso con los obstáculos comunes, pero la empatía sirvió también, incluso hasta les sugería personal cuando los partidos carecían de apoyo en recursos humanos: “a alguno le recomendamos a los Jóvenes Construyendo el Futuro que ya habían concluido su servicio social con nosotros”, y les ayudó a cumplir totalmente, incluso sirvió para que el partido fuera sujeto piloto en el programa de protección de datos personales. El caso, fomentó también la competencia entre los partidos que se sintieron más estimulados para cumplir con sus obligaciones de transparencia después de ese caso de éxito, asegura.
Del mismo modo, se ha capacitado a los usuarios, particularmente jóvenes de las plataformas de transparencia, a fin de que puedan buscar y conseguir la información que requieren para tomar decisiones personales en temas como políticas de salud, educación, desarrollo social seguridad y hasta sociales en el diseño de propuestas de políticas públicas diversas para los ayuntamientos y el gobierno estatal. Mucho más, la información pública puede ayudar a la gente a mejorar sus niveles de exigencia, reconoce Dora Ivonne, la transformación del estado depende también de la participación social que puede tener mejores resultados cuando se cuenta con la información pública suficiente y correcta.
Los resultados existen, asegura la comisionada presidenta, a pesar de las fallas en el diseño institucional del IMIPE y de la falta de integrantes para su consejo. El instituto de transparencia de Morelos es raro en el país, en el 2018, la LIII Legislatura del Congreso del Estado autorizó el incremento de consejeros hasta cinco, en lugar de los tres con que funcionan prácticamente todas las instituciones del tipo en el país. Esto genera que del presupuesto del IMIPE, 18.7 millones de pesos para 2021, más del 30 por ciento deberá destinarse a los salarios de los comisionados, “es de las cosas que el Congreso debe revisar”, reconoce Dora Ivonne.
La falta de acuerdos legislativos para el nombramiento de los dos comisionados para las ponencias vacantes, y el proceso jurídico que mediante amparo llevó, los primeros días de abril a Robert Yáñez y Marco Antonio Alvear a integrarse en definitiva al consejo del instituto, no se tradujeron en una crisis institucional, curiosamente, la misma se vivió con la incorporación de ambos. “Seguimos trabajando con las verificaciones, con las visitas, con las capacitaciones, con el trabajo del instituto”.
Con todo y ello, en espacios periodísticos, en conferencias de prensa, en redes sociales y recientemente hasta en persona, se han dado durante los últimos seis meses ataques contra la comisionada presidenta.
¿Te sientes víctima?- le preguntamos.
Debo decirte que sí - responde después de unos segundos de pensarlo - ha sido una campaña desde hace tiempo de ciertas personalidades que han estado con un comportamiento no ético… no contestamos porque el IMIPE, de manera institucional, debe dar a conocer lo maravilloso que es el instituto y el trabajo que hemos hecho; y en ese sentido dejé pasar muchos temas porque yo decía que mi trabajo y el del instituto son la mejor respuesta.
Pero los ataques han sido desde la difusión de información inexacta sobre el trabajo del instituto hasta los calificativos directos y hasta los regaños impropios. “Yo me siento vulnerada, herida, siento que no se ha valorado el trabajo. Si bien es cierto que yo me alquilé para dar resultados, eso no implica que te descalifiquen desde un enfoque de lo irreal… es lamentable, pero es parte de quienes hoy juegan un papel en el que desacreditar es la práctica común para hacer política”.
Y aunque en un principio no pensaba responder, Rosales Sotelo advierte que ha visibilizado la violencia en su contra y más cuando ha recibido múltiples llamadas de solidaridad, de apoyo. Frente a ello se ha decidido a denunciar y proceder contra los responsables de esa campaña: “y lo voy a hacer porque hay muchas otras mujeres que están pasando por lo mismo… me he contenido porque quiero una salida digna que demuestre el trabajo que hacemos… lo voy a hacer (proceder legalmente) pero ya no en mi calidad de comisionada presidenta sino de cualquier persona de a pie, y sí voy a atender a esta problemática y lo estoy haciendo por mí principalmente, pero también por muchas mujeres que viven esta condición y que no es que no lo detectemos y que no lo hagamos visible, sino que dentro de este sistema una acaba por sentirse sola, aún cuando existen las herramientas de acceso a la información no se sabe qué hacer para defenderse sin vulnerar la esencia de una institución cuyo fin es loable”.