Ante el atraco registrado hace dos semanas en la iglesia de Santa Catalina de Siena, la Diócesis de Cuernavaca ha implementado mayores medidas de seguridad en las parroquias del estado; además de que cuentan ya con un sospechoso del robo, un joven que al parecer estaba drogado.
A través de sus redes sociales el Obispo Ramón Castro Castro anunció el domingo 29 de diciembre que el templo ubicado en la colonia Buena Vista de la capital del estado había sufrido un robo, dañando las instalaciones y también profanando el Santísimo Sacramento.
La iglesia de Santa Cata –como es conocida- se encontró con las puertas forzadas, dejando un desorden a su paso en las oficinas, entraron al Sagrario –lugar donde guardan el vino y las hostias consagradas- y mancillaron la Sagrada Eucarística.
En este sentido, el vicario de la Diócesis, Tomás Toral Nájera, indicó que estas situaciones pueden presentarse al considerar los ciudadanos cuentan con cosas de oro o de valor como son los códices, los copones, en donde guardan la sagrada eucaristía, así como las custodias que son doradas.
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Al respecto, el prelado católico informó que a pesar de presentar el mismo domingo su querella, han realizado misas de reparación por esta ofensa tan grande al santísimo, esperando no vuelva a suceder, añadiendo cuentan ya con un posible responsable.
“Hasta donde tenemos idea es un joven un poco drogado, no se entiende de otra manera si no estuviera drogado, todo lo que hizo. Trataron de abrir los nichos pero al parecer no pudieron”, subrayó.
Ante este hecho, están solicitando a las iglesias implementen acciones preventivas, tales como: cerrar a buena hora y mayor vigilancia, sobre todo al Santísimo y obras de arte, que podrían ser las elegidas para hurtar.
Esta no es la primera ocasión que la Diócesis de Cuernavaca es víctima de la delincuencia. En 2015, el jerarca religioso denunció en redes sociales el asalto contra la parroquia de Santo Domingo, en el poblado de Oaxtepec, en el cual delincuentes abrieron el Sagrario y rompieron las alcancías del templo.
Mientras que el año pasado advirtieron que religiosas y los mismos sacerdotes padecieron intentos de extorsión a través de la figura del obispo Ramón Castro Castro, manifestándoles había sufrido un accidente y tenían que depositarle una cierta cantidad, situación de la que desde octubre de 2018 habían sido víctimas.
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