Pese que este año el Pueblo Mágico de Tepoztlán canceló la Calavereada, siguió sus tradiciones trazando los caminos de cempasúchil en parroquias, sin faltar los chilacayotes que ocupan para adornar o degustar el paladar en dulce. Sus calles las recorrieron turismo nacional y extranjero.
Hace escasos días autoridades del Ayuntamiento de Tepoztlán, con el consentimiento de las mayordomías de las distintas parroquias del municipio, determinaron suspender la tradicional Calavereada, una las principales actividades que atrae a visitantes en la celebración del Día de Muertos.
Ayer 1 de noviembre en el zócalo de Tepoztlán se instaló el Tianguis de Muertos, donde la población local, inclusive extranjeros que habitan en el municipio, acudieron a comprar los elementos necesarios para las ofrendas, como flores de cempasúchil, de terciopelo y las silvestres azalias.
No pudieron faltar los chilacayotes que ocupan para adornar, pues con ellos hacen caras parecidas a las calabazas y les colocan en el interior veladoras o las preparan en dulce.
En Tepoztlán no acostumbran las calabazas y suelen decorar con guajes que hacen en forma de calavera para adornar, y que los turistas no dejan de admirar y comprar.
El mercado fue el más visitado para probar los itacates; así como las parroquias, las cuales fueron adornadas con papel picado y en todas destacó el camino de luz hecho con pétalos de cempasúchil.
En punto de las 12 horas sonaron las campanas, lo que atrajo a los turistas que recorrían la Parroquia de Nuestra Señora de la Natividad, en la Avenida Tepozteco.
Pese a que se esperaba un mayor número de turistas en este primer día de la Celebración de Muertos, la cantidad no se compara con lo que suele registrarse u observase cada fin de semana.
Los turistas se dedicaron a contemplar las tradiciones de la localidad, caminar sus calles empedradas, disfrutar de la gastronomía, de los antojitos, de alguna bebida refrescante o las conocidas nieves.
Esta vez no pudieron visitar las ofrendas en los hogares de las familias tepoztecas para evitar grandes concentraciones de personas.
En Tlayacapan, de acuerdo con empresarios del municipio, hasta este fin de semana largo es que se observa una importante recuperación en su ocupación hotelera, por lo que esperan que con el cambio de semáforo de riesgo epidémico a color verde llegue un mayor número de visitantes.
Oliva Ordoñez Ugalde, gerente del hotel Casa Tonantzin de Tlayacapan, señaló que la pandemia les provocó la caída en ocupación hotelera del 90 por ciento.
“La pandemia fue muy difícil para nosotros porque nuestra ocupación hotelera bajó demasiado, cayó hasta un 90 por ciento, y actualmente estamos analizando el poder invertir para impulsar nuestros negocios”, detalló.
Refirió que es hasta este fin de semana largo y luego de dos años, es cuando están llegando visitantes, principalmente de la Ciudad de México, Estado de México y Puebla, reportando actualmente una ocupación del 30 por ciento.
“Nosotros lo atribuimos a que ya gran parte de la población joven se ha vacunado, y es que nuestros principales clientes son jóvenes de 24 a 45 años de edad quienes llegan a pasar el fin de semana y esta población ya se ha vacunado, entonces ya se sienten con la confianza de salir”, puntualizó la empresaria.
Por lo que señalan que estos últimos meses del año se espera que ya con gran parte de la población vacunada y que la economía va recuperándose este sector y prestadores de servicios puedan ir mejorando su ocupación.
Con información de Ofelia Espinoza