Recomenzar para ser mejores que ayer: Iglesia

“No nos sintamos solos ni dejemos que la frustración haga lugar en el corazón”, recomienda el padre Héctor Rodríguez

Dulce Gaviña | El Sol de Cuautla

  · jueves 31 de diciembre de 2020

Dulce Gaviña | El Sol de Cuautla

“Que la presencia maternal de María y la templanza ante la adversidad de José, hagan de nosotros emprender nuevos senderos en cada horizonte de vida y felicidad que nos hemos trazado; que ninguna pandemia ni peligro fiero de muerte, nos robe las esperanzas de vivir”, es el mensaje del Pbro. Héctor Rodríguez Campuzano, párroco de San Pedro de Verona Mártir, Casasano para este año que inicia.

El padre dijo que es momento de que sean fuertes y determinantes como María y José que se dejaron guiar por la estrella de Belén.

“Que nuestros esfuerzos siempre estén encaminados en la confianza de ser pertenecidos y resguardados bajo la mirada amorosa de Dios. Aún en la pobreza de nuestros pesebres, Dios ha decidido habitarnos, hacerse cercano, y redescubrirnos en la inocencia de la vida que inicia una vez más.

Dijo que así como María y José, que envolvieron al niño Jesús, así también cubriremos nuestras vidas de cualquier frialdad externa que ponga en vulnerabilidad el amor, que es el calor afectivo que hace crecer al ser humano.

“No nos sintamos solos ni dejemos que la frustración haga lugar en el corazón, porque tampoco María y José aún en ese aislamiento que vivieron en aquel establo, frustró la dicha de dar a luz a tan esperado nacimiento”.

En su mensaje de año nuevo, el padre Héctor Rodríguez dijo que este aislamiento ha de curtir nuestras existencias, haciéndonos más fuertes en el Señor, más confiados y esperanzados.

“Este tiempo ha de ser tiempo de interiorizar y silenciar, tiempo para contemplar hacia dentro, acallar los ruidos de la exterioridad que nos han descolocado en la vida y volver a reencontrarnos con Dios para resurgir en su Hijo que nos ha restaurado la vida. De ti depende que este Año Nuevo, emerja una nueva persona, revitalizada, creativa, auténtica, renovada que permita despedirse de todo aquello antiguo, empolvado o envejecido del corazón, y ser transformados para hacer de este año un gran acontecimiento de novedad para nosotros mismos y de quienes nos rodean”.