Incluso cuando la pandemia del Covid-19 sigue presente, las autoridades del municipio de Ayala han retomado las actividades turísticas en grupos reducidos: tal como fue anunciado hace una semana, este viernes y sábado se llevaron a cabo los primeros recorridos del programa “Vámonos de pinta”, el cual consiste en prestar bicicletas a los jóvenes que desean visitar los lugares históricos de esta localidad, cuna del zapatismo.
En la primera edición de los recorridos, los asistentes visitaron la región de Anenecuilco, pueblo en el que nació Emiliano Zapata y donde, en el campo de El Guajar, se encuentran los restos de una tienda de raya y varios túneles de roca que hoy son un legado de los tiempos de la Revolución Mexicana: ahí pasaba el ferrocarril que, según relatan los pobladores, transportaba caña a los campos.
De acuerdo con la Coordinación de Turismo y Cultura del Ayuntamiento, los recorridos se realizaron con el apoyo de la Secretaría de Seguridad Pública, la Dirección de Tránsito Municipal, de Salud, Protección Civil y de Prevención del Delito, dependencias que participaron en la supervisión de la jornada para garantizar la seguridad a lo largo del trayecto y las condiciones de sanidad en éste: de entrada, las autoridades se comprometieron a desinfectar las bicicletas antes de ser usadas por los asistentes.
El programa “Vámonos de pinta” fue anunciado como una actividad que se llevará a cabo los fines de semana para promover no sólo el turismo, sino también ofrecer una nueva actividad deportiva a los jóvenes en las condiciones que plantea la llamada nueva normalidad. Ayala, por demás, abunda en sitios de interés histórico y cultural: cuna del zapatismo, en el municipio se encuentran los restos de la casa en la que nació Emiliano Zapata, en 1879; el zócalo de Villa de Ayala, donde llamó a los habitantes de aquella época a sumarse a la revolución mexicana, en 1911; o la Exhacienda de Chinameca y el cerro La Piedra Encimada, donde pasó sus últimas horas antes de ser asesinado el 19 de abril de 1919.