Después de seis años del sismo del 19 de septiembre de 2017, habitantes del municipio indígena de Hueyapan se congregaron en el exconvento de Santo Domingo de Guzmán para llevar a cabo una jornada de limpieza dentro de la construcción histórica, edificada en el siglo XVI por la orden dominica.
De acuerdo con el Concejo Municipal Indígena de Hueyapan, presidido por la vocera, Guillermina Maya Rendón, la jornada se llevó a cabo con la participación de los integrantes del concejo municipal, así como del concejo mayor, mayordomos y ciudadanos de los cinco barrios.
"Nuestro convento sufrió daños durante el sismo y es considerado patrimonio cultural de la humanidad, es parte de la ruta de los conceptos y necesitaba limpieza", dijo Guillermina Maya.
Actualmente, el exconvento de Santo Domingo de Hueyapan es uno de los inmuebles históricos que forma parte de la Ruta de los Conventos, cuyo proceso de reconstrucción permanece en pausa debido a la falta de recursos para el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Cansados de verlo sucio, los pobladores decidieron limpiarlo, con apoyo de la Comisión Estatal del Agua: "Agradecemos a todas y todos los que participaron en este trabajo comunitario", dijo la vocera del municipio.
Historia del exconvento de Santo Domingo de Guzmán
El exconvento de Santo Domingo de Guzmán fue edificado por la orden de frailes dominicos a partir de la década de 1560. Mucho más modesto que los otros 13 conjuntos que integran la Ruta de los Conventos, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1994, el edificio está inacabado y, ya desde la distancia, se aprecia mucho más pequeño que los demás, especialmente si se le compara con la arquitectura monumental del exconvento de La Natividad, en Tepoztlán, también de la orden dominica; o el de San Juan Bautista, en Tlayacapan, de la orden agustina.
Con todo y su modestia, dentro del conjunto destaca un nicho tallado en una sola pieza, conocido como “El Nicho de Hueyapan”, el cual se encuentra entre el claustro y la sacristía, en lo que debió haber sido una capilla, tallado en madera.
Para los visitantes, el exconvento puede ser apreciado y fotografiado desde afuera, en el atrio.
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