Harvey, Irma, Katia y José llegan a Américacon toda su fuerza devastadora y sus nombres son un enigma
Despuésde Harvey e Irma,llegaron Katia y José.
Y es que todos los huracanes tropicales tienen un nombre propio,elegido con antelación y fácil de recordar para facilitar lagestión de la emergencia.
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Se trata de una práctica antigua El uso de unnombre corto reduce el riesgo de error. "Es mucho másfácil de memorizar que una cifra o un término técnico",subraya la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Un nombre facilita el trabajo de la prensa,refuerza el impacto de las advertencias y acrecienta lapreparación de las poblaciones, según la OMM, órgano dela ONU.
Las propuestas de nombres vienen de los organismosregionales.
La OMM, que dispone de corresponsales en cada región, sepronuncia al respecto e interviene para evitar eventualespolémicas.
Nota de interés:
Así, en 2015, retiró el nombre "Isis" de la lista de futuroshuracanes en la región Norte-Pacífico, puesto que el nombre de ladiosa egipcia es también uno de los acrónimos en inglés delgrupo yihadista Estado Islámico.
El Centro Nacional de Huracanes, con base en Miami (EstadosUnidos), tiene seis listas de 21 nombres, cada una para el Caribe,el golfo de México y el Atlántico Norte, utilizando una cadaaño.
Las listas siguen un orden alfabético y se saltan las letrascon las que es muy difícil encontrar un nombre, como la Q y laU.
Al cabo de seis años, se vuelve a retomar la primera lista.Pero, cuando un huracán provoca muchas víctimas y daños, seretira su nombre. Así, no habrá más "Katrinas".
2017 empezó con Arlene, seguido de Bret, Cindy y Don. Irmafigura en novena posición. Después de José, vendrán Katia, Leey María.
Los nombres son ingleses, españoles yfranceses, en referencia a los países potencialmenteafectados.
- Un poco de historia -
Desde fines del siglo XVIII, se ponen nombres a los ciclones.Hasta principios del siglo XX, los que golpeaban las islasespañolas del Caribe eran llamados según el santo patrono deldía.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los marinos estadounidensesempezaron a bautizar a los ciclones con los nombres de sus mujereso amantes.
En 1953, la Oficina meteorológica estadounidense empezó atomar también nombres de mujeres, pero en los años 1970, lasfeministas protestaron contra esta asociación a un fenómenodevastador.
En 1979, se estableció la paridad, con una alternancia denombres propios femeninos y masculinos.