En el corazón del parque Emiliano Zapata, en la colonia del mismo nombre, perteneciente a Cuautla, el tortugario ha sido durante años el santuario de preservación local para la tortuga casquito, especie en riesto de desaparecer de su hábitat natural, el río Cuautla. Sin embargo, los esfuerzos de autoridades y especialistas no han estado exentos de críticas ciudadanas, en torno a la tonalidad verdosa que presenta el agua del estanque.
Al respecto, la bióloga Karla Rivera, encargada del tortugario donde habitan más de 60 ejemplares de la especie (Kinosteron acutum), explicó que, lejos de que el aspecto del agua sea contraproducente para los animales, éste cumple con las características que encuentran en su hábitat natural, donde predomina el lodo y la materia orgánica en descomposición:
"Las tortugas viven en las orillas de los ríos, donde hay arena, lodo, materia orgánica en descomposición... Ese es el hábitat natural... Comen peces, gusanos, plantas... pero cuando ven un peligro se meten al agua para esconderse, así que el color verde del agua da protección y evita que se estresen", explicó la bióloga.
Al respecto, el Colegio de Biólogos del Estado de Morelos ha respaldado la labor que realizan las autoridades de Cuautla con la limpieza que se ejerce en el estanque al menos cada tercer día, con el apoyo de una brigada de la Subdirección de Desarrollo Agropecuario, del ayuntamiento, y la aprobación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
"Tuvimos una vista de inspectores de la Profepa y nos recomendaron que el agua no debe estar transparente, sino que debe tener un tono verdoso para que las tortugas vivan sin estrés", detalló la bióloga Karla Rivera.