Sigilosamente pasa un cortejo fúnebre cerca del campo de concentración del equipo de combatientes del incendio en Tepoztlán, ahí rumbo al panteón del Barrio de Santo Domingo todo en calma, la gente murmura sobre la muerte del Presidente Municipal y se lamenta, pero la vida sigue en esta localidad conocida internacionalmente como “Pueblo Mágico”, que se resiste a desaparecer.
En el panteón cercano el silencio pareciera como que predijera lo peor, pero contrario a ello ciudadanos siguen llegando a poner su grano de arena, que para esta ocasión rebasó los requerimientos de los brigadistas que aún cansados dicen que “ha pasado lo peor”.
El domingo pasado en la zona conocida como “Malinalapa”, en el Barrio de Santo Domingo comenzó un incendio forestal que a la fecha ha consumido más de 300 hectáreas de pino y encino, afectando a una cría de zorra, y provocando el desplazamiento de la fauna del lugar como los conejos, por mencionar alguno.
Ante tal siniestro los ciudadanos se han volcado para ayudar a Tepoztlán, es el caso de Fabiola Silva, quien vive en un fraccionamiento cercano y decidió juntarse con su familia y vecinos para recolectar cubre bocas, agua embotellada, y fruta como manzanas para que los brigadistas puedan tener algo que comer luego de varios días de dar la batalla.
“No es la primera vez que participamos en la la donación de víveres, realmente ya es parte de nuestra cultura como familia, este día nos organizamos con mis vecinos del fraccionamiento que está aquí cerca para traer un poco de todo, traigo a mis hijos para mostrarles que esto tienen que hacerlo también ellos”.
Pusieron a disposición de las autoridades el agua de la alberca del fraccionamiento por si los helicópteros requerirían recargar líquido para combatir el incendio que ya llevaba un 90 por ciento de control y 60 por ciento de liquidación.
En el caso de Sharenni Garin, oriunda de la Ciudad de México, movilizó a sus amigos, quienes no dudaron en depositarle dinero para que comprara víveres y otros elementos que se requirieran.
“Publiqué en mis redes sociales que se necesitaba ayuda para Tepoztlán, en donde radico desde que inició la pandemia, y mis amigos y conocidos me depositaron para comprar víveres, los cuales traje en una camioneta que otro amigo me ayudó a conseguir”, mientras se lee una cartulina con la cita “apoyo para Tepoztlán”.
El mal sabor de boca que autoridades pudieron haber dejado con el mal uso de las despensas recabadas en el sismo del 2017 quedó atrás ante la solidaridad que se mostró con el pueblo de Tepoz, ya que la ayuda seguía llegando, a pie o en auto.
También fue notorio, durante la noche del martes y las primeras horas del miércoles el ofrecimiento de hosteleros y empresarios de alimentos para que sus negocios fueran utilizados como albergues temporales en caso de que fuera necesaria la evacuación de comunidades cercanas al fuego. La labor de contención del incendio, sin embargo, evitó que la alternativa se volviera necesaria.
Los dos helicópteros de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) iban y venían descargando agua en los puntos de fuego más intensos de la zona del incendio, mientras la gente miraba como se desplazaban de un lado a otro los brigadistas .
La participación de brigadistas civiles ha sido parte fundamental en las labores del combate, Mario Trejo, que con la mirada de cansancio y un uniforme humeado por el fuego dice que su amor por Tepoztlán, en donde vive desde hace diez años, tras dejar su ciudad natal en Yucatán, lo ha hecho participar en el combate desde hace dos años.
La agrupación a la que pertenece, “Guardabosques de Tepoztlán reunió a otros brigadistas que con pala y uno que otro instrumento participan combatiendo el fuego, entre otras labores, brechas de contención a fin de evitar que el fuego crezca hacia otros lugares.
Sobre la calle la vendedora de esquites recién coloca su puesto, en tanto vende platica con una de sus clientas, quien expresa el dolor que deja para el pueblo la muerte del Presidente Rogelio Torres, víctima de Covid-19, él a diferencia de los combatientes sí perdió la batalla.
Asimismo los voluntarios han puesto su ayuda en la vida silvestre afectada por el fuego, dándole la atención necesaria para su bienestar.
90 por ciento de control se tiene sobre el incendio, hasta el corte de esta edición Mario Trejo, brigadista
He combatido en 6 incendios forestales y todos suceden por las mismas razones, la quema agrícola y el campismo desordenado, no hay diferencia. Lo que más duele de todo esto además de la flora y la fauna es la gran cantidad de agua que se utiliza en apagar el fuego, realmente es un recurso que hace que todo se recupere en este ciclo; el sentimiento de impotencia de ver que todo se queme y no poder hacer nada es algo terrible”
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