Provenientes de la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, peregrinos guadalupanos cruzan por Morelos para llegar a Guerrero. Ellos son los encargados de llevar la antorcha hasta su comunidad, en este caso, al municipio de Igualapa, en la entidad vecina.
Betzaida Roque, una de las corredoras, indicó que desde hace más de 30 años peregrinan de la Ciudad de México a Guerrero, tradición que se transmite de generación en generación por la devoción, cariño y amor que tienen a la Virgen de Guadalupe, previo a su día, el 12 de diciembre.
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“Hasta ahorita llevamos casi 30 años y esperamos ahorita demostrar el amor que tenemos a la Virgen de Guadalupe”, dijo Betzaida.
Decenas de camiones que cargaban la imagen de la Virgen de Guadalupe recorrieron la carretera federal Cuernavaca–Taxco para llegar hasta el estado de Guerrero, luego de haber estado frente a frente con la imagen de su venerada, a quien le pidieron salud y prosperidad en sus vidas.
La admiración a la Virgen se remonta a siglos de historias, por ejemplo, en un artículo publicado en la revista “Relatos e Historias de México” se cuenta cómo desde la época prehispánica los pueblos originarios acudían a adorar a Tonatzin, que en náhuatl significa nuestra madre venerada.
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Fue hasta la llegada de los españoles que se inició con la evangelización cristiana, pues en 1533 los frailes franciscanos consiguieron en el Tepeyac el llamado "milagro guadalupano" y se constituyó el pueblo de Guadalupe en 1533 en el lugar dónde los habitantes originarios alababan a sus dioses.
Posteriormente se construyó en ese mismo lugar una capilla para dar paso a un templo más grande.
Esto, según la historia, luego de la aparición a un hombre azteca llamado Juan Diego, de la Virgen quien le habría pedido la construcción de un santuario.
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