Durante la feria de San Pablo Apóstol del municipio de Axochiapan, en mayordomías, responsables de la celebración, es tradición para los habitantes tomar un jarrito de chocolate casero acompañado con pan de petate, un alimento que se prepara con harina, sal o azúcar, y que se ha convertido en un manjar para los pobladores de esta localidad ubicada en la región Oriente del estado, entre Morelos y Puebla.
De acuerdo con el historiador Óscar Cortés Palma, la elaboración de pan de petate en Axochiapan constituye una de las tradiciones principales de la localidad, lo que lo ha llevado a difundir no sólo su importancia dentro y fuera del pueblo, sino también su receta:
“El pan es sabroso, y más si se acompaña de chocolate casero”, explica Óscar.
La receta es la siguiente: A la harina se le agrega manteca y sal o azúcar. De ser salado, la sal es el ingrediente que se hace cargo del sabor. De ser dulce, el azúcar, la cual puede ser roja si se trata del llamado “pan colorado”.
A la gente le gusta su sabor, por eso durante todo el año se vende
Aunque la celebración a San Pablo Apóstol se realiza del 8 al 28 de enero y el día de mayor actividad es el 25, Cortés señala que la elaboración, venta y consumo de pan de petate se realiza todo el año. Entre quienes lo preparan, el historiador resalta el caso de José Luis Pastrana, quien hoy representa a una quinta generación de panaderos en su familia. En su caso, la tradición surgió hacia mediados del siglo XX, cuando su abuela Concepción Mozo Calero, conocida como Doña Lifoncia y quien naciera en 1930, empezó a vender este pan.
Se le conoce como pan de petate porque se colocan en petates después de cocerse en el horno. Hay pan dulce, pan de sal, pan colorado y tortillas de mano
Antaño, narra, las vendedoras iban cargando sus chiquigüites (cestos y canastas hechos de palma) con el pan dentro, cubierto con servilletas bordadas.
Con bolas de chocolate artesanal, chiquigüites con tortillas de mano, lo iban a vender a la plaza
Con su pan de petate, Axochiapan forma parte de los pueblos de Morelos que han convertido en tradición recetas artesanales para preparar pan, tal como ocurre en regiones como Jumiltepec, en el municipio, donde existe el pan de Jumiltepec que sale a la venta hacia varias partes de la entidad.