Una de las cosas que puede presumir Tlayacapan, pueblo mágico del estado de Morelos, es haber sido escenario de notables producciones cinematográficas de Hollywood, como “Butch Cassidy and the Sundance Kid” (un western puro protagonizado por Paul Newman y Robert Redford en 1968) o “Vampires: Los Muertos”, de más reciente producción (2002) y estelarizada por el cantante Jon Bon Jovi.
Así que las calles de Tlayacapan no sólo cuentan las historias de terruño y barro de la gente local, que ha sabido enaltecer el atractivo cultural de su pueblo a través de las décadas, sino también la de aquellas estrellas que han pisado su suelo, respirado su aire y que han dejado parte de sí mismas en este lugar, donde algunos fragmentos parecen atrapados en el tiempo.
Y ese es el caso de Clint Eastwood, un estadounidense que consagró su vida al cine primero como actor y luego como director, convirtiéndose en uno de los grandes en ambos rubos. En 1969, Eastwood permaneció en el centro del país actuando algunas de las escenas en exteriores de “Two Mules por Sister Sarah”, filme que aborda la historia de Hogan, un mercenario que salva a una monja (interpretada por Shirley MacLaine) de unos malhechores. Juntos, el mercenario y la monja emprenden un viaje en el que aprenden a ver más allá de sus diferencias.
De acuerdo con el American Film Institute (AFI), la fotografía principal de la película inició el 3 de febrero de 1969 en el estado de Morelos. Dirigida por Don Siegel, se trató de una producción entre México y Estados Unidos que contó con la participación de actores y técnicos de nuestro país, entre ellos el director de fotografía Gabriel Figueroa. De acuerdo con el AFI, en la producción participaron mil 100 mexicanos, mientras que sólo 16 estaounidenses formaron parte del trabajo que se realizó en México, incluyendo a los dos protagonistas.
El paso de los años
Si bien el pueblo no ha perdido su atractivo turístico, muchas cosas han cambiado desde la filmación de aquellas películas que hoy son consideradas clásicas. Entre la población, incluso los jóvenes lamentan los cambios que ha sufrido el municipio con el paso de los años, en parte debido al crecimiento demográfico pero también por obras de modernización e, incluso, por aspectos que han estado fuera del alcance humano, como los daños que causó el sismo del 19 de septiembre de 2017 en estructuras históricas, que a la fecha siguen sin ser reconstruidas en su totalidad.