Una nueva cultura de cuidado del agua para su uso racional y responsable, así como adoptar medidas para ello y sensibilizar a la población se promueve, ahora sí, de manera obligatoria en Morelos.
El agua es uno de los recursos más importantes para el desarrollo de la vida en el planeta; los seres humanos la producción necesitamos para las actividades cotidianas, así como para aquellos relacionados con el campo, en la de alimentos y en las que están vinculadas con el sector industrial.
Para el caso de México, de la totalidad de habitantes del país, el 70 por ciento vive en zonas urbanas; el 80 por ciento cuenta con servicio de agua potable y 77 por ciento tiene servicio de alcantarillado, lo que indica, en términos proporcionales, que prácticamente la totalidad de los habitantes de las zonas urbanas cuentan con estos servicios, y quienes no disponen de ellos son las comunidades indígenas o rurales, siendo el sector con menor poder adquisitivo
Es así que, según la reciente reforma a la Ley de Fomento de la Cultura del Cuidado del Agua en el Estado, que entró en vigor en Morelos el 16 de junio, plantea proveer de herramientas legales al marco jurídico ya existente para que dentro del Programa Estatal de Fomento a la Cultura del Cuidado y Uso Racional del Agua, se proyecta e incorpora programas educativos en materia del cuidado del agua, su uso racional y responsable, se adoptan medidas para ello y se sensibilice a la población. Asimismo, se plantea difundir los beneficios y costos socioeconómicos y ambientales que conlleva el uso racional y cuidado del agua, a través de campañas permanentes.
En este contexto, se deberá implementar, por conducto del Sistema Educativo Estatal tanto en su dimensión pública como privada, los programas educativos la materia del cuidado, uso racional y responsable del agua; Formular medidas para el uso racional del agua que den la debida observancia a las normas y leyes vigentes en la materia y asimismo, recuperen las mejores prácticas reconocidas de uso racional.
Asimismo, en Morelos se debe empezar a fomentar el uso de aguas residuales tratadas para todos los usos que no requieran la calidad de agua potable, así como la captación y aprovechamiento del agua de lluvia; sensibilizar a la población en general y a todas las entidades públicas y privadas sobre el costo del suministro del agua, tanto para lograr el uso racional del recurso como para promover la cultura del pago; difundir los beneficios y costos socioeconómicos y ambientales que puede llevar consigo el uso racional y el cuidado del agua.
En algunos municipios del estado, el abastecimiento del agua es espaciado, se les proporciona agua dos o tres veces a la semana.