Morelos ha vivido en una constante de violencia que ha costado miles de vidas. Los hechos de sangre se volvieron en esta etapa algo cotidiano que, a querer o no, fue insensibilizándonos a la violencia.
La urgencia de paz radica no sólo en el impacto que la violencia tiene en la economía, la convivencia social, y hasta la percepción que tenemos sobre la vida, también está en los cientos de miles de víctimas de delitos, 8 mil 378 de ellas asesinadas, de los últimos 20 años. La vocación por la paz de los morelenses no se ha visto reflejada en el discurso político ni en el contenido de los medios de comunicación que, en el cumplimiento de líneas editoriales del siglo XX trataron de reflejar una realidad del siglo XXI.
No podemos hacerlo más
La construcción de la paz es un compromiso que no admite regateos, quienes hacemos El Sol de Cuernavaca y El Sol de Cuautla, junto a otros periódicos miembros de la Organización Editorial Mexicana, participamos en nuestra convención nacional con la propuesta de desaparecer de nuestras páginas la nota roja, como un aporte a la recuperación de los valores y virtudes de los ciudadanos, al periodismo de paz y de soluciones que hemos convertido en nuestra guía de actuación.
La decisión, avalada por muchos amigos, compañeros periodistas, colaboradores, no significa cerrar los ojos a una realidad que parece imbatible. Se traduce, eso sí, en reducir el contenido de violencia en nuestras páginas y orientar a nuestros lectores sobre formas más seguras de vida y coexistencia. Seguiremos comunicando la realidad de forma objetiva, pero evitaremos el lenguaje de la violencia, no seremos voceros reales o simbólicos de quienes han sometido al estado a una situación de inseguridad insostenible y que ha llevado al estado a una de sus más graves crisis. Seguiremos insistiendo en el problema y los efectos que la inseguridad provoca en el estado, en la misma dimensión que lo hacemos con otros retos que enfrenta la entidad. Reiteramos el llamado a la sociedad entera, incluyendo a las autoridades, a construir juntos la paz que todos anhelamos como un medio para alcanzar una vida plena para los morelenses.
Igualmente, continuaremos destacando, porque es una deuda del periodismo del siglo XX, las mejores cosas de Morelos, los triunfos de su gente, las vidas ejemplares, la enorme virtud que encierra la humanidad y que suele darse por sentada.
Porque creemos firmemente en la misión social de los medios de comunicación, reiteramos nuestro compromiso con ella. Dedicaremos nuestras páginas, siempre, a crear un Morelos pacífico en donde el diálogo, la tolerancia, la tranquilidad, vuelvan a ser cotidianos y se conviertan en las herramientas de convivencia para construir, todos juntos, nuestro desarrollo.