La imagen que dio la vuelta a México el pasado 24 de diciembre, en donde se observa a la Jefa de Enfermeras María Irene Ramírez ser la primera persona en el país en recibir la vacuna contra la Covid-19 nos sorprendió a muchos y a muchas, pues es la mujer la que suma al menos el 50 por ciento del personal tanto médico como de enfermería que han enfretado no sólo al virus dentro de los hospitales, sino también al virus de la violencia, de la desigualdad, y en gran parte de los hechos, el de la indiferecia y la invisibilidad.
Existen tres grandes retos para el 2021, coinciden activistas, funcionarias, academicas, investigadoras.
1. Continuar con la atención emergente, mayor difusión, abirir nuevos canales de comunicación y denuncia, fortaleciendo los que se tienen y que fueron creados en la emergencia sanitaria, respuesta inmediata a las victimas de violencia; continuar con la lucha desde cada trinchera e involucar a los hombres.
2. Garantizar el equlibrio en la tareas del hogar, pues es la mujer quien lleva mayor carga en cuanto a la educación virtual, “ha hechado mano de abuelas, hermanas, suegras”, para poder salir a trabajar y no dejar solos a los hijos e hijas.
3. Las elecciones de junio de 2021. Garantizar la equidad de género en los comicios, eliminar la violencia política.
La responsable del área de capacitación del Instituto de las Mujeres para el Estado de Morelos Elienai Abraca Rodríguez, platicó para Nosotras que el año 2020 comenzó con dos grandes movimientos: el primero impulsado por el cruel asesinato de “Ingrid Escamilla” en manos, casi como siempre, de su pareja sentimental, y un segundo el de la menor de 7 años de nombre “Fátima”, ambos en febrero del mismo año, lo que trajo consigo grandes marchas en todo el territorio mexicano.
“Aunque ya se habían dado marchas y manifestaciones en pro del aborto, contra la violencia, entre otras, estos hechos dieron pie a que las diferentes corrientes feministas se unieran por un mismo fin: poner un alto a la violencia contra las mujeres; entonces esta sororidad la pudimos observar, el paro nacional también del 8 de marzo en donde se trata de visibilizar la importancia del trabajo remuerado y no remuerado de las mujeres, su importancia”.
Al llegar la pandemia se visibilizó la enorme brecha de igualdad que existe entre hombres y mujeres, en la que las mujeres siguen teniendo desventaja, se les sigue cargando el trabajo y las responsabilidades dentro y fuera, “todo mundo se da cuenta de lo pesado que es el trabajo dentro del hogar, los roles de género en donde los hombres son quienes salen a hacer las comprar y proveer”, mientras las mujeres en el confinamiento fueron cada vez más vicitmas de violencia sexual y física.
Coincide en este punto Ana Carina Chumacero Guevara, Presidenta de la Organización Huitzillin A.C., y directora nacional de la Red de Tecnologías de la Información y comunicación ( TIC) por los derechos de las mujeres, pero acepta que también los programas prevenivos implemtados desde el gobinero del setado y los municipios fueron “fallidos”.
“Las mujeres tuvieron que quedarse en casa con sus agresores, viviendo violencia a puerta cerrada y en silencio como cualquier secreto familiar; se evidenció la omisión del estado, el incremento de femicicidios, las investigaciones, la fallida estratetia de prevención de embarazo adolescente siendo Morelos de los estados con mayor índice de abuso sexual, segundo lugar en feminicidio. No se puede ocultar el sol con un dedo o con reuniones o eventos en donde se aplauden a sí mismos, los tres poderes deben analizarse”.