Desde 2001 no se han identificado o confirmado casos del virus del Mayaro en México, el cual aqueja principalmente zonas tropicales y selváticas de América central y Sur, informó el doctor Celso Ramos, investigador en ciencias médicas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP); no obstante, resaltó que es necesario contar con su sistema de vigilancia entomológica fuerte, porque siempre se corre el riesgo de que llegue al país.
El investigador detalló que la también llamada fiebre mayaro es transmitida por vectores, con síntomas similares a la fiebre amarilla y al chikungunya, pero que es realmente nueva para México, incluso, aseguró, no existen casos confirmados recientemente.
Este virus fue descrito en 1954 en Trinidad y Tobago, después se encontraron evidencias de circulación en varios países de la región amazónica, principalmente en Brasil, incluyendo Colombia, Venezuela, y algunos países del Caribe; sin embargo, en México, en 2001, hubo solamente dos casos en la región del golfo de México, reportado por investigadores del IMSS.
Indicó que en la actualidad algunos países de Sudamérica están reportando casos de fiebre Mayaro, y existe el riesgo de que llegue a México, sin embargo, comentó, es trasmitido por la picadura del mosquito Haemagogus de la zona selvática, el cual no es tan común en nuestro país, pero que también transmite la fiebre amarilla.
Celso Ramos aseveró que el virus Mayaro al igual que el chikungunya causa artralgias severas, es decir, afecta articulaciones; sus síntomas son la aparición de fiebre súbita, y presencia de rash que afecta desde el tronco, extremidades y espalda, y en casos con complicaciones o severos se ha reportado hemorragia y afectación del sistema nervioso central.
Necesitamos tener en México y particularmente en Morelos un sistema de vigilancia fortalecido, es decir, la vigilancia entomológica, necesitamos también tener una mayor difusión de este tipo de problemas y sobre todo actualización del personal médico que está en contacto con la población, que el médico tenga la herramienta suficiente para poder distinguir un cuadro clínico de chikungunya, por ejemplo, de mayaro, en caso de que hubiera en nuestro país.