El obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, hizo un llamado a los creyentes a recuperar la capacidad de asombro, pues, con el paso del tiempo, asegura, se ha ido perdiendo, sobre todo entre los jóvenes.

Durante la homilía dominical, el también secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) cuestionó cuántas veces sucede que pasamos de un pensamiento positivo a uno negativo rápidamente, pasando del miedo al gozo, de la admiración al desprecio, del amor al rencor, permaneciendo indecisos e incrédulos ante decisiones importantes.

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Dijo que frecuentemente nos dejamos envolver por la pesadez espiritual y la torpeza, y nos paralizamos, y ante esta inmovilidad de la vida, creemos que ya lo hemos visto todo y nada nos sorprende.

"A pesar de darnos cuenta de que nos sucede frecuentemente, no hay que preocuparnos más allá de lo debido, porque así es nuestra naturaleza humana, peor sería que no nos suceda nada, ni miedo ni alegría".

Invitó a los presentes a no dormirse por la tristeza, ni resignarse a su destino, porque cuando estamos ante la dificultad, nos llenamos de temor y huimos de alguna manera, y no queremos aceptar nuestra realidad, por eso es importante recuperar esa capacidad de asombro.