Si algo tienen en común las fotos en las que aparece Nadia, es la sonrisa que reluce en todas ellas. Se diría, pues, que Nadia Arce Moreno, pianista, concertista y creadora del proyecto “Un pianotón por la paz y la unidad” en el municipio de Cuautla, es una mujer feliz, pero es, sobre todo, una persona que ha hallado en el amor y en la música la mejor forma de comunicarse con los demás.
“Antes de ser mujer, eres un ser humano, y ahí es donde tienes que trabajar: esas potencialidades que tienes que reconocer, despertar, como la humildad, la dignidad, la valentía, la integridad, la resiliencia, la honestidad y la perseverancia. Y al final, desde que nos despertamos hasta que nos dormimos, hacer todo con la mayor pasión, agradecimiento y amor, en lo que decimos y pensamos, en lo que escribimos, en lo que sea que hagamos, ya sea en el hogar, en la oficina, en el arte, en una fábrica...”, cuenta.
En 1911, el incendio en la fábrica textil Triangle Shirtwais de Nueva York acabó con la vida de 123 mujeres jóvenes, que habían sido encerradas, junto a 23 trabajadores, sin posibilidad de escapar. La tragedia evidenció las deplorables condiciones laborales que vivían las mujeres de la época. Aunque el mundo ha vivido ciertos cambios en el último siglo, la concertista considera que es necesario seguir recordando a todas las mujeres que, con sus luchas y sacrificios, han contribuido a equilibrar a la sociedad.
“Hay tantas historias que podríamos estar platicando: las mujeres compositoras, que tenían un gran talento, pero también las mujeres de esta fábrica. A la hora de buscar una voz a través de las letras, de la poesía, no hay que olvidar este proceso de emancipación que está ahí, ahí sigue”.
Nacida en La Paz, Baja California Sur, Nadia Arce inició su educación musical a muy temprana edad, contando siempre con el apoyo de su gente. “A través de la familia, mis padres, a quienes agradezco tanto; mis abuelitas y el entorno que siempre hubo, con mucho amor”, recuerda.
Estudió en la Escuela Superior de Música del Instituto Nacional de Bellas Artes, donde obtuvo suma cum laude el título de Licenciatura en Interpretación Pianística. Desde entonces, ha distribuido su vida en varias partes del mundo: más de la mitad la ha vivido en Cuautla, pero ha viajado con la música, ha tocado en Colombia, en Cancún, en La Paz, todos ellos lugares donde ha impulsado su proyecto social, con el que busca acercar la música a la gente que pasa por la calle y escucha el sonido de un piano.
Pero aun cuando este instrumento le ha permitido a Nadia moverse por el mundo, considera que la emancipación de la mujer está ligada a un proceso más que nada interior.
“Es un diálogo, y es maravilloso cómo entre ese diálogo entre la armonía y la melodía hay algo, y eso también es tener ese diálogo contigo misma, y amarte tanto, y aceptar eso, aceptar más que nada, no olvidar que somos seres humanos y que trabajar mucho en nuestras potencialidades y cualidades positivas, nuestros principios. Manteniendo esos principios, todo va fluyendo”.