El 6 de abril de 1952 más de 20 mil mujeres se congregaban en el Parque 18 de marzo de la Ciudad de México para exigir al entonces candidato presidencial, Adolfo Ruíz Cortines que hiciera cumplir su promesa de plasmar en la Constitución el derecho de las mexicanas a votar y ser electas.
Ya siendo presidente, Ruíz Cortines promulgaría el 17 de octubre de 1953 las reformas constitucionales que otorgaron el voto a las mujeres en el ámbito federal.
El nuevo texto del Artículo 34 Constitucional definió quiénes eran considerados ciudadanos de la República: los varones, pero también por primera vez se incluyó a las mujeres, “que teniendo la calidad de mexicanos, reúnan, además, los requisitos de haber cumplido 18 años, siendo casados, o 21 si no lo son, y tener un modo honesto de vivir”.
Sin embargo, fue hasta las elecciones del 3 de julio de 1955 el momento en que las mujeres acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto. En esa ocasión se elegía a diputados federales para la XLIII Legislatura.
Han pasado 66 años desde aquel momento histórico en la vida democrática del País.
En la actualidad las mujeres no solo pueden ejercer su derecho al voto de manera libre, sino que además tienen garantizado ocupar el 50 por ciento de las candidaturas que asignen los partidos políticos, lo mismo a diputaciones de mayoría que a presidencias municipales.
Además, los órganos electorales por lo pronto en Morelos han establecido acciones afirmativas para favorecer la inclusión de las mujeres en espacios de decisión, medida que permitió por primera vez en la actual LIV legislatura que las ocho curules por la vía plurinominal, fueran asignadas a mujeres, lo que arrojó un Congreso con 70 por ciento de representación de mujeres (14) y únicamente 30 por ciento de hombres (6).
Lamentablemente estas acciones aún siguen siendo insuficientes para lograr que mujeres ocupen cada vez más, cargos de elección popular.
Mujeres no son votadas
La consejera presidenta del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (IMPEPAC), Mireya Gally reconoce que pese a garantizar en el reciente proceso electoral el 50 por ciento de las candidaturas en la elección municipal, se estima que entre un 46 y 48 por ciento de los ganadores, fueron mujeres, lo que evidencia que las candidatas mujeres siguen sin ser aún tan votadas en los procesos electorales.
De la revisión de los resultados de la elección municipal del 6 de junio pasado, obtenemos que para el periodo 2022-2024 solamente cinco mujeres ocuparán el cargo de presidenta municipal en los 36 ayuntamientos de Morelos.
Se trata de los municipios de Atlatlahucan, Alma Delia Reyes; Jonacatepec, Brenda Guevara Valaguez; Puente de Ixtla, Claudia Mazari Torres; Temixco, Juana Ocampo Domínguez; y en Tetecala, Rosbelia Benítez Bello.
Para el caso de los doce distritos locales de mayoría, candidatas mujeres ganaron seis distritos.
Por cierto, es el mismo número de distritos que ganaron quienes actualmente son parte de la LIV legislatura local, lo que significa que en tres años no hubo un avance electoral de las mujeres por lo que respecta a la elección de diputados.
Mireya Gally reconoce que las mujeres siguen siendo vulnerables y aún sufren discriminación siendo candidatas o incluso una vez que están en el ejercicio del poder.
Incluso, la también consejera electoral Mayte Cazales Campos nos compartió que el Consejero Electoral recibió denuncias a partir de publicaciones que durante la campaña electoral se hicieron principalmente a través de Facebook para denostar a mujeres, a quienes se les cuestionaba cómo habían logrado la candidatura.
Acepta que las agresiones que sufren las mujeres candidatas influyen en otras para abstenerse de participar en futuros procesos electorales, temerosas de que puedan ser objeto también de la crítica social.
“Eso al final repercute completamente en la búsqueda de la paridad de género en los cargos de elección popular”, agrega la consejera.
En el reciente proceso electoral, hubo una participación ciudadana superior al 54 por ciento de la lista nominal que es de poco más de un millón y medio de electores, aunque no sabemos cuántos de esos fueron mujeres y cuántos hombres.
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