En 2013 Morelos reportó 3 mil 277 casos de dengue y al menos dos decesos; a nivel nacional, ese mismo año, en la semana epidemiológica 52 se registraron 43 mil 663 casos acumulados, mientras que el dengue hemorrágico alcanzó esa misma semana 111 casos y 18 mil 667 acumulados, de acuerdo con cifras del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica.

Diez años después, el estado se ubica en tercer lugar nacional de casos registrados de dengue con más de 600 casos confirmados, sólo por debajo de Yucatán y Quintana Roo.

Ante el repunte de los casos, hace unas semanas el Ejecutivo estatal reconoció que es un tema que se debe atender, al considerarlo ya como una emergencia; sin embargo, no tienen contemplado un incremento presupuestal para atacar los contagios.

Arduo trabajo

En 2014, en el segundo informe de gobierno del entonces gobernador Graco Ramírez Garrido-Abreu se dio a conocer que se logró reducir la incidencia 75 por ciento en casos de dengue, pues para ese año solo presentaron 812 casos confirmados de los más de 3 mil reportados un año anterior.

En dicho informe se destacó un adecuado manejo clínico de las formas graves de dengue; pese a registrar un deceso, según el reporte del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica.

En ese entonces, la entidad se ubicó en el décimo lugar a nivel nacional en casos de dengue confirmados y en el noveno por tasa de incidencia.

De acuerdo con el informe del Ejecutivo estatal de ese año, para reducir los altos índices de dengue se trabajó en la eliminación de criaderos del mosquito Aedes aegypti, se eliminaron 585 toneladas de cacharros en los municipios con mayor riesgo de contagio como Axochiapan, Ayala, Cuautla, Cuernavaca, Jiutepec, Jojutla, Puente de Ixtla, Temixco y Zacatepec.

Asimismo, se estableció un operativo en junio de 2014 (que es la época de mayo riesgo debido a la temporada de lluvias) para reducir al máximo el riesgo entomológico.

Ese año se logró la certificación de los dos Centros Regionales de Control de Vectores de la entidad por parte del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades.

La estrategia de nebulización por calles en los diferentes municipios de la entidad y la distribución de abate (químico para evitar la reproducción de larvas) por las llamadas brigadas de vectores permitió que poco a poco se fueran disminuyendo las cifras de esta enfermedad.

Para 2015 se registraron solo 403 casos, es decir, 50 por ciento menos que el año anterior, lo que colocó a Morelos en el lugar 11 de incidencia a nivel nacional.

Un año después, en 2016, las cifras incrementaron a 752 casos; de ellos, 563 fueron graves, lo que encendió las alarmas de la Secretaría de Salud y el Ejecutivo estatal.

En 2017 nuevamente Morelos fue a la baja y se colocó en el noveno lugar a nivel nacional con 210 casos de dengue; mientras que para 2018 el número bajó a 98 casos.

El otro lado de la moneda

En octubre de 2018, Cuauhtémoc Blanco Bravo tomó protesta como gobernador del estado de Morelos, y para el año siguiente, en 2019, los casos de dengue repuntaron y llegaron a mil 420 casos, colocándose en cuarto lugar a nivel nacional en incidencia.

Desde entonces y hasta la fecha, las cifras no se han podido abatir; en 2020 aunque tuvo 626 casos, no fue de los estados que más lo redujo, y nuevamente quedó en el noveno lugar a nivel nacional.

Los años posteriores no han sido la excepción, en 2021 se registraron 592 casos, lo que le valió ser el tercer estado en el índice nacional, sobre todo por la tasa de incidencia, que fue del 28.86 por cada cien mil habitantes.

En 2022 se registraron 606 casos y la tasa de incidencia alcanzó el 29.06. Este 2023, la entidad una vez más ocupa el tercer lugar en el país en número de casos, al registrar 649 casos, de acuerdo con el reporte epidemiológico de la semana 31.

Arturo Cruz, presidente de la Asociación de Hospitales Privados y Profesionales de la Salud del Oriente de Morelos, acusó que la actual administración de gobierno estatal a la fecha no ha tomado como un problema serio la situación de incremento de casos de dengue, lo cual, dijo, provoca que los casos vayan en aumento.

Acusó que a la fecha no se ha convocado a las asociaciones o representantes de médicos privados para sentarse en sus mesas de trabajo en temas de salud, a pesar de que ellos atienden a más pacientes con signos de dengue que el sector público.

¿Y la vacuna?

De acuerdo con el investigador y virólogo José Ramos Castañeda, existen vacunas contra el dengue, pero aún no hay planes de comercializarlas en el país. Tampoco se ha considerado integrarlas al esquema básico de vacunación.

Señaló que la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una recomendación para el uso específico de la vacuna Sanofi Pasteur Dengvaxia, registrada básicamente en todas las agencias regulatorias del mundo; en México se registró desde 2016.

Ramos Castañeda explicó que la vacuna podría aplicarse de manera privada, sin embargo quiénes la podrían aplicar requieren de ciertos permisos al tratarse de un sector de salud privado.

Mencionó que existe la vacuna Takeda, a la que la agencia EMA ya les dio el registro y también se registró ante la Cofepris y al momento se encuentra en los últimos pasos de la autorización sanitaria para su venta y distribución en el país.

Explicó que hay otras vacunas que ya se encuentran con un gran avance en su elaboración, como la vacuna brasileña que está hecha en colaboración el Instituto Nacional de Salud Pública de Estados Unidos y que proviene del laboratorio Butantan, por lo que así ha sido llamada, Ramos Castañeda señaló que esta vacuna ya culminó sus estudios clínicos y se encuentran próximos a publicarlos.

Con información de Emireth Cossio y Ofelia Espinoza

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