Al inicio de la actual administración del municipio de Cuautla, el mercado Pablo Torres Burgos, ubicado en la colonia del mismo nombre, es uno de los complejos de comercio popular con más necesidades: una techumbre deteriorada, falta de luminarias y taponamiento de los drenajes son sólo algunos de los problemas que afectan a las decenas de comerciantes del lugar, quienes desde hace años han visto caer sus ventas de forma drástica.
De acuerdo con Alberto Anzures Morales, administrador del mercado, algunas de las deficiencias al interior del complejo, con capacidad para 398 locatarios pero una ocupación de cerca del 70 por ciento, ya han sido atendidas, entre ellas las primeras labores de limpieza y el funcionamiento de los baños, mientras que se espera que otras también lo sean con el apoyo del ayuntamiento.
“Le compete al municipio. Venimos a trabajar y gestionar de la mano del municipio. Tenemos el apoyo del presidente, y la encomienda es levantar los mercados, todos, pero en especial este, volver a darle mantenimiento, darle vida para que la gente vuelva a visitarnos”, expuso el administrador.
Aunque los negocios que dan la cara al exterior del mercado, principalmente locales de alimentos, pueden gozar de buena clientela, al interior las cosas son distintas. Con las décadas, los fundadores del mercado han sido víctimas de la llegada de las tiendas de conveniencia y los supermercados, además de la crisis económica generada por la pandemia de la covid-19, que redujo en mayor medida las ventas.