El 28 de marzo de 2011, en el gobierno del panista Marco Adame Castillo, surge el memorial a las víctimas, un espacio ubicado en las puertas de Palacio de Gobierno que busca evitar la revictimización de quienes han caído en las garras del crimen organizado.
A 12 años de distancia, el lugar se ha visto desbordado porque la cantidad de casos de desparecidos y asesinados incrementa exponencialmente con el paso de los años, al igual que el número de familias que exigen respuestas y justicia.
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Este 28 de marzo se reinaugurará un remodelado memorial a víctimas que continuará en el mismo lugar y bajo la misma demanda: justicia para las víctimas en un estado con 98 por ciento de impunidad en casos de homicidio doloso.
"Este proyecto es en búsqueda de darle un espacio de dignidad a las víctimas que están ahí y también darles un espacio de expresión para quienes tengan una persona desaparecida o estén en búsqueda de alguien", expresó la titular de la Comisión Ejecutiva de Atención y Reparación a Víctimas, Penélope Picazo Hernández.
El espacio contará con un buzón en el cual la ciudadanía podrá aportar datos para localizar a las personas que están plasmadas en el mural y, además de remodelar las fotografías, habrá un distintivo de color especial dependiendo del delito del que fueron víctimas.
Un memorial con historia
La poeta y activista Denisse Buendía Castañeda señaló que el memorial surge el 28 de marzo de 2011, tras el asesinato de Juan Francisco Sicilia Ortega, hijo del poeta Javier Sicilia, a quien las autoridades señalaban como parte de un grupo de narcomenudistas.
“Quienes conocíamos a Javier como a su hijo decidimos movilizarnos para desmontar esa narrativa de culpabilizar y ensuciar otra vez el nombre de otra víctima del crimen organizado en Morelos, gobernado en ese entonces por Marco Antonio Adame Castillo”, refirió.
Recuerda que alrededor de las cinco de la tarde se comunicaron vía telefónica Nayeli Sánchez, Pepe Montes, José Martínez y ella y acudieron a colocar una primera ofrenda con algunas flores, más tarde se reunieron más personas como Silvia Marcos y Jean Robert, quienes colocaron más flores y veladoras, además realizaron caminatas nocturnas.
Destacó que la participación de las mujeres poetas fue fundamental y el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad dio voz, nombre, rostro y validó a las miles de historias de familiares de víctimas.
Buendía Castañeda parafraseó a Javier Sicilia: “Logramos visibilizar el problema, que no se reducía al narco, y a partir de eso volver la dignidad a las víctimas por las que el gobierno decidió no dar la cara y decidió revictimizarlas, el gobierno no está para eso, decir que ellos tienen que intervenir cuando hay un crimen sean culpables o inocentes”.
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Aseguró que con la frase de “¡estamos hasta la madre!”, Javier Sicilia hizo click con las víctimas del estado de Morelos, y así se convocó a la primera marcha por la paz (la más grande que se haya realizado en Cuernavaca) y el movimiento se convirtió en un vocero frente a lo que vivía la entidad y todo el país, sin embargo, lamentó que la actualidad el número de víctimas no ha bajado, sino todo lo contrario.
Crece el número de víctimas
Mireya Montiel Hernández despareció el 13 de septiembre de 2014 en Cuernavaca; su madre, Tranquilina Hernández Lagunas, la ha buscado incansablemente. Desde hace aproximadamente 5 años colocó la foto de su hija en el memorial.
Hace dos años formó el colectivo Unión de Familias Resilientes Buscando a sus Corazones Desaparecidos, tiempo en que han trabajado tanto con la Fiscalía General del Estado como con la Comisión de Búsqueda; han contribuido a que cuatro personas fueran localizadas y reintegradas en sus hogares y cinco cuerpos sin vida han sido entregados a sus familias.
La carpeta de investigación de su hija no avanza; al contrario, han visto un retroceso, al igual que las decenas de casos visibilizados en el memorial.
El llamado de siempre, dice, ha sido a la Fiscalía General del Estado a que se ponga a trabajar; “lamentablemente con el paso de los días, de los meses me ha dado cuenta que va ser imposible, imposible que ellos se pongan a trabajar, estamos en un momento donde estamos perdidas”.
Afirma que existen Ministerios Públicos que no hacen su trabajo, ya que se han topado con situaciones en las que les piden dinero para gasolina, para comida e inclusive les han exigido recursos económicos a cambio de obtener su calidad de víctima.
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En un comunicado emitido el 14 de marzo de este año, el colectivo exigió y demandó al fiscal general, Uriel Carmona Gándara, el estricto apego al derecho y respeto al derecho de buscar a sus familiares, debido a una serie de hechos en donde pareciera que buscan obstaculizar y excluirlos del trabajo que realizan familias buscadoras.
Asimismo denunciaron prácticas por parte de las autoridades que parecieran tener otra finalidad, menos la localización de sus seres queridos.
El memorial se inició con las fotos y cruces dedicadas a Juan Francisco Sicilia Ortega, Julio César Romero Jaime, Luis Antonio Romero Jaime, Jaime Gabriel Alejes Cadena, Álvaro Jaime Avelar y María del Socorro Estrada Hernández.
La placa colocada en el lugar recuerda que es un memorial a su honor, por haber abierto los ojos de la Nación y en protesta por sus homicidios y los de muchas más, “porque no debieron morir”.
En el lugar también se encuentra la fotografía de Gisela Mota Ocampo, quien fue asesinada pocas horas después de haber tomado protesta como alcaldesa de Temixco, en 2016; también la fotografía y exigencia de justicia por el crimen del activista opositor a la termoeléctrica de Huesca, Samir Flores.
La fotografía del activista Gustavo Salgado, desaparecido el 3 de febrero de 2015, y días después fue encontrado sin vida, también se encuentra en el memorial, al igual que una cruz blanca que recuerda el secuestro del profesor Albino Quiroz Sandoval, quien después de 5 años fueron encontrados su restos.
Con información de Enrique Domínguez
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