Desde muy joven, Aurelio Martínez Ramírez aprendió el oficio de tablajero; gracias a su experiencia, ha formado a varias generaciones de carniceros en el mercado Adolfo López Mateos, en Cuernavaca. Actualmente, Aurelio tiene 74 años, y narra que su larga carrera la inició como matancero, en el rastro de Cuernavaca, cuando se encontraba en la colonia Carolina, en 1964. "El camino es muy largo, ya que el Mercado lo entregaron en 1964; desde ese tiempo su servidor llegó", expresó.
El oficio, dice, lo aprendió solo, por lo que de joven iba a pedirle trabajo a algunos de sus amigos, pues quería aprender más sobre los cortes. Recuerda que cuando inicio el ALM era hermoso, no como ahora, que se encuentra deteriorado. Aseguró que aún tiene clientes desde que inició con este oficio; ahora, en el negocio le ayudan sus hijos y sus nietos. Su experiencia, lo ha llevado a formar en su familia a nuevas generaciones de tablajeros, a sus hijos, sobrinos e incluso a sus nietos.
Aurelio Martínez trabaja todos los días; se levanta a las 4 de la mañana para ir al rastro a traer la carne y cortarla en el mercado; su jornada laboral pude concluir a las 17:00 o 18:00 horas, incluso hay días que termina a las 20:00 horas.
A sus 74 años, Aurelio Martínez indicó que ha sido duro el camino, pero con muchas satisfacciones, como el trabajar y formar nuevas generaciones, además de a ver vencido el cáncer de garganta.