Hoy te invito a viajar al pasado; vámonos unos cuantos millones de años atrás. Cuando lleguemos, hay que tener cautela, no vayan a pisarnos los dinosaurios. Vamos directo al sur del estado de Morelos ¡Súbale, hay lugares!
En la Selva Baja Caducifolia de la entidad existe una cápsula del tiempo viviente que entre sus alas trae tejido el tiempo. Esta misma especie, tal y como la podemos ver ahora, voló entre los más grandes y feroces dinosaurios. Fue testigo de la gran extinción y ella se quedó serpenteando los cielos hasta hoy.
Se trata de una peculiar mariposa llamada Baronia brevicornis y es una especie tan antigua que es considerada un verdadero fósil viviente debido a que no ha cambiado prácticamente nada desde que sus ancestros echaban el chisme con el Tiranosaurio Rex. Es decir, conserva muchos de los rasgos de sus antepasados y debido a lo anterior, Baronia es clave para comprender la evolución de todas las mariposas diurnas en el mundo.
De alas color marrón y manchas amarillas, aunque se ha registrado en otros estados, es en la Reserva de la Biosfera Sierra de Huautla, en el estado de Morelos, donde se concentra la mayor población y es endémica de nuestro país. Su ciclo de vida está prácticamente restringido a la Cubata roja, una planta de flores amarillas y grandes espinar rojas. Ahí pone sus huevos, nace y su oruga se alimenta de ella, en esa la misma planta hará su capullo y sobre el dosel buscará pareja para comenzar el ciclo de nuevo.
Además tiene algunas estrategias muy interesantes de sobrevivencia, por ejemplo, la oruga construye un tubo de hojas envuelto en seda para su mayor protección y se entierra para tener una metamorfosis tranquila. De hecho, su planta hospedera es típica de lugares con alto grado de perturbación, lo que nos envuelve en un dilema porque esta reliquia se ha adaptado muy bien a las zonas deforestadas de selva baja.
Ahora ya sabemos que las alas de las mariposas guardan los más increíbles secretos de la evolución de las especies en el planeta.
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